Colombo, SRI LANKA (Agencia Fides, 25/09/2018) - La Cáritas de Sri Lanka celebra 50 años de
actividad al servicio de los pobres, de los marginados y de la paz. De
hecho, según la información de la Agencia Fides, la organización
contribuyó de forma importante a la paz y al desarrollo durante la
guerra civil. En aproximadamente treinta años de conflicto, miles de
personas se vieron víctimas inocentes de la guerra. Perdieron sus
hogares y sus medios de subsistencia, sufriendo el luto, la
discapacidad, el trauma y el desplazamiento forzado. “Como resultado de
todo esto, miles de familias quedaron destruidas”, ha dicho el padre
Mahendra Gunatilleke, director nacional de Cáritas Sri Lanka, a la
Agencia Fides. Según el director, Cáritas Sri Lanka ha continuado su
ministerio de muchas maneras entre los que han vivido inmensos
sufrimientos debido a la guerra.
“La guerra terminó en mayo de 2009, dejando un rastro de destrucción de
vidas y propiedades, y de un profundo desgarro de la dignidad humana.
Cáritas Sri Lanka, respaldada por su amplia experiencia en el campo de
la reconciliación y la reconstrucción, apoyada por la federación de
Caritas Internationalis, ha implementado con éxito numerosos programas
para beneficiar a estas personas”, continúa.
La Iglesia en el norte de la isla, donde tenían sus bases los rebeldes
tamiles, siempre ha sido “un punto de referencia para el pueblo en sus
luchas y dificultades”, recuerda el p. Gunatilleke. La Iglesia ha
perdido diez sacerdotes en el norte y este de la isla durante la guerra,
y muchos otros llevan las marcas en sus cuerpos de los trauma y las
lesiones sufridas. Cave mencionar de forma especial al director de
Cáritas de Vanni, el p. Wasantha Seelan, que sufrió la amputación de la
pierna, debido a las heridas sufridas al encontrarse en medio del fuego
cruzado, y también a dos miembros del personal de Cáritas de Jaffna que
perdieron la vida mientras prestaban asistencia.
Muchos voluntarios en los centros diocesanos de Cáritas han servido a la
población con gran dedicación, haciendo frente a sufrimiento y
peligros. “Cáritas Sri Lanka reconoce el rostro de Cristo sufriente en
todos los que ha cuidado”, dice el padre Gunatilleke.
Gracias a los partner internacionales, Cáritas pudo brindar también
asistencia material, socorro, agua y servicios higiénico-sanitarios,
intervenciones psicosociales y asistencia educativa, ayudando a mantener
en vida a los supervivientes y a satisfacer sus necesidades básicas.
Además lanzó un Centro especial de Cáritas para la Asistencia
Humanitaria en la “Menik Farm”, en el distrito de Vavuniya, para
realizar un screening de los refugiados de guerra. Miles de hombres,
mujeres, jóvenes, niños y personas con discapacidad fueron alojados en
el Centro, donde los voluntarios realizaron un gran esfuerzo para
coordinar las ayudas. Este apoyo allanó el camino para el
re-asentamiento gradual de los refugiados en sus lugares de origen.
Posteriormente, en las aldeas donde se comenzó el re-asentamiento,
Cáritas ha trabajado para reconstruir infraestructuras, viviendas y
fuentes de sustento.
En las diócesis de Anuradhapura, Batticaloa, Jaffna, Mannar y
Trincomalee, se realizaron refugios temporales o transitorios para más
de 2,400 familias; y hogares permanentes para 2,500 familias. “Las
cicatrices de la guerra son muy evidentes en estos desplazados internos.
Es por eso que Cáritas ha lanzado varias intervenciones psicosociales
para superar los traumas”, concluye el Director.
En los últimos años, Cáritas ha establecido 40 “Aldeas de paz” en las 9
provincias de la isla, lugares donde continúa trabajando por la paz, la
curación y la reconciliación, promoviendo lazos de amistad entre los
participantes de etnia singalés y tamil.