Bagdad, IRAK (Agencia Fides, 25/09/2018) – El Patriarcado de Babilonia de los Caldeos,
como lo hicieron otros patriarcas de las Iglesias Orientales, ha hecho
saltar las alarmas sobre el abuso de Internet y las redes sociales como
una herramienta para provocar controversia y conflicto dentro de la
comunidad eclesial, y para difundir ideas y juicios que dañan la vida
espiritual de los fieles.
El Patriarcado caldeo, en un mensaje a través de sus canales oficiales,
quiere ofrecer “una palabra de consuelo” para los creyentes y lectores,
frente al creciente problema de las intervenciones y textos engañosos
publicados online sobre temas relacionados con la vida de la Iglesia y
las comunidades cristianas. El patriarcado se manifiesta además
dispuesto a recurrir a las vías legales y administrativas necesarias
para perseguir estas intervenciones difamatorias que constituyen incluso
ataques contra la Santa Sede.
El texto también denuncia las intervenciones de anónimos que pretenden
tratar a todos los usuarios de Internet como “personas ingenuas e
ignorantes”, dando lecciones y tratando de imponer nuevas reglas y
obligaciones también sobre cuestiones morales. El mensaje destaca que a
menudo esta propensión a presentarse como jueces de otros es ejercida
por personas que viven en países alejados, fuera de cualquier relación
real con cómo se vive en Iraq y en Oriente Medio.
En casos excepcionales,- dice el texto-, la autoridad eclesiástica puede
responder dependiendo de las circunstancias, con medios legales o
administrativos, para detener la propagación de la falsificación y la
información difamatoria que puede producir graves efectos, porque
vivimos en una tiempo en el que, con el desarrollo de los medios
digitales, muchas personas otorgan más crédito al mundo virtual que a la
realidad de los hechos.
El mensaje patriarcal se refiere a muchos que intervienen en la web
sobre temas relacionados con la vida eclesial sin tener conocimiento e
información adecuada de los problemas. El abuso de Internet para
manipular el contenido eclesial es un fenómeno al que se enfrentan las
iglesias en todo el mundo, y que en los últimos tiempos alimenta la
preocupación entre las Iglesias de Oriente.
En Egipto, el trágico caso de asesinato en el monasterio del obispo
copto-ortodoxo Epiphanius y la detención de un monje acusado de ser el
autor del crimen, ha provocado que se acelere el proceso de
discernimiento acerca de la vida monástica, que comenzó hace algún
tiempo dentro de la Iglesia copta ortodoxa. Unos días después del
asesinato de Anba Epipanius (ver Fides 08/06/2018), el Comité para el
Santo Sínodo de los monasterios copto-ortodoxos dispuso de 12 reglas,
ratificadas por el Patriarca Tawadros II, dirigidas a todos aquellos que
viven la condición monástica en la Iglesia Copto-ortodoxa. También se
pidió a los monjes y monjas que cerraran sus cuentas personales y
cualquier blog así como sus perfiles en las redes sociales, consideradas
como herramientas que pueden alimentar los personalismos o contribuir a
difundir “ideas confusas”.
En abril pasado, la Iglesia Maronita publicó un
documento titulado “La verdad que libera y une”. El texto patriarcal,
publicado el lunes, 9 de abril (el mismo día en que se publicó la
exhortación apostólica de Francisco “Gaudete et Exsultate” sobre la
llamada a la santidad en el mundo contemporáneo) se presentó como una
doctrina real y un manual pastoral con puntos de referencia para
inspirar las intervenciones y los debates en los medios sobre cuestiones
y asuntos relacionados con la fe católica y el magisterio de la
Iglesia. El patriarcado consideró necesario publicar este mensaje
después de haber sido testigo de disputas en las redes sociales sobre
cuestiones doctrinales, discusiones que habían generado un desagradable
espectáculo incompatible con la comunión eclesial y que podrían generar
el desconcierto entre los fieles.