Masaya, NICARAGUA (Agencia Fides, 22/09/2018) – La Iglesia católica en Masaya ha decidido
celebrar el Santo Patrón San Jerónimo, que se celebra el 20 de
septiembre, en oración y silencio, sin expresiones públicas y
renunciando a la tradicional procesión religiosa, en una ciudad donde la
policía ha matado a tantos manifestantes que piden una Nicaragua libre y
en paz. Pero algunos grupos, organizados por el gobierno local, tomaron
una estatua no original del santo, organizaron una procesión: el
desfile no fue autorizado por la Iglesia en la cual han participado solo
pocas personas, solo empleados del municipio e incluso empleados del
estado llevados en autobús desde otras ciudades. Todo esto para
demostrar la supuesta "normalidad" de la que habla el presidente Ortega a
los medios de comunicación. Sin embargo, la procesión encontró que las
iglesias estaban cerradas y no hubo participación popular. En Masaya, la
fiesta de San Jerónimo es generalmente un baño de masas, y hay
momentos únicos en que el Santo recibe homenaje y un agradecimiento
especial de parte de la población como cuando sale de la iglesia. Pero
esta vez, no fue así, no hubo sacerdotes, ni oraciones, ni siquiera
miembros de confraternidades religiosas que usualmente llevan la estatua
del santo sobre sus hombros a través de las calles de Masaya. Incluso
las puertas de las casas estaban cerradas al paso de la procesión.
Mientras tanto, según lo aprendido por la Agencia Fides, los líderes
católicos continúan instando a participar en manifestaciones pacíficas y
populares para exigir justicia y legalidad. El Obispo de Matagalpa,
Mons. Rolando José Alvarez, interviniendo en las redes sociales, invitó a
todos los creyentes y ciudadanos no católicos a una gran peregrinación
el 24 de septiembre a Matagalpa para pedirle a la Virgen de la Merced
paz y justicia.
Mientras tanto, después de más de cinco meses de protestas contra
Ortega, el 21 de septiembre, el Día Internacional de la Paz se celebró
con un sin número de expresiones artísticas en las que se pide la
intervención de las organizaciones internacionales, que en las últimas
semanas han empezado a considerar que la democracia en Nicaragua "está
en riesgo".
La Iglesia Católica espera la reanudación de la mesa de diálogo, pero
continúa denunciando la violencia del gobierno y la violación de los
derechos humanos fundamentales, el trato injusto de las familias de los
presos políticos, que no se pueden visitar. Muchos de estos "presos" son
encarcelados por "terrorismo".