Rosario, ARGENTINA (Agencia Fides, 25/09/2018) - La parroquia de María Reina, en la ciudad de
Rosario y la escuela justo delante de la iglesia recibieron más de diez
disparos en la madrugada del domingo, a las 4 de la mañana. Como
recibido por la Agencia Fides, se trata de un mensaje claro de
intimidación, fácil de conectar con la denuncia que el sacerdote Juan
Pablo Núñez había puesto en las últimas semanas, denuncia de la
situación de extrema violencia que sufren los vecinos del Barrio Larrea,
debido a la presencia del crimen vinculado a los narcotraficantes.
El párroco, que trabaja en la zona desde hace cuatro años y medio, había
advertido a las autoridades de la terrible situación del tráfico de
drogas que se ha apoderado de las calles del barrio. En las últimas
semanas, el sacerdote había lanzado un llamado a través de los medios de
comunicación: aparentemente, al grupo criminal no ha gustado este tipo
de denuncia y la exposición del sacerdote, pasando a la advertencia
armada. Hace apenas un mes, informa la nota enviada a la Agencia Fides,
el padre Núñez se había dirigido a las autoridades del Ministerio de
Seguridad, solicitando una pronta intervención.
El domingo 23 de septiembre, el párroco celebró misa frente a los
fieles, sorprendidos y conmocionados al ver algunas balas aún en el
altar. "El impacto de las balas en la gran puerta de entrada es muy
visible, pero algunas balas llegaron hasta el altar directamente", dijo
el sacerdote.
Después de ser nombrado párroco, Juan Pablo Núñez abrió un centro de
recuperación para jóvenes con problemas de drogas y fue amenazado varias
veces. Después de numerosos actos de intimidación, tuvo que cerrar el
centro porque los jóvenes tenían miedo o eran amenazados por los narcos.
El sacerdote había compartido con los fieles la idea de volver a abrir
el centro para tratar de "salvar a los adolescentes de este flagelo",
pero como informan algunas fuentes de Fides, tal vez los rumores también
llegaron a los grupos criminales vinculados con el tráfico de drogas
que infestan la zona. De ahí las nuevas advertencias violentas contra la
iglesia.
En Rosario, el problema de las drogas se ha vuelto muy serio. Durante
muchos años, el área se ha transformado de "zona de comercio" a "zona de
consumo", arruinando la vida de muchos jóvenes que buscan
desesperadamente una manera de ganarse la vida. Rosario es conocida como
la ciudad de los "niños soldados" de las drogas y el crimen