CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 29 de septiembre de 2018).
El Santo Padre FRANCISCO ha decidido invitar a todos los fieles, de todo el
mundo, a rezar cada día el Santo Rosario, durante todo el mes mariano de
octubre y a unirse así en comunión y penitencia, como pueblo de Dios,
para pedir a la Santa Madre de Dios y a San Miguel Arcángel que protejan
a la Iglesia del diablo, que siempre pretende separarnos de Dios y
entre nosotros.
En los últimos días, antes de su partida a los Países Bálticos, el
Santo Padre se reunió con el P. Fréderic Fornos S.I., Director Internacional de la Red Mundial de Oración por el Papa, y le pidió que
difundiera su llamamiento a todos los fieles del mundo, invitándoles a
terminar el rezo del Rosario con la antigua invocación "Sub Tuum
Praesidium", y con la oración a San Miguel Arcángel, que protege y ayuda
en la lucha contra el mal (ver Apocalipsis 12, 7-12).
La oración –afirmó el Pontífice hace pocos días, el 11 de septiembre,
en una homilía en Santa Marta, citando el primer libro de Job-, es el
arma contra el Gran acusador que "vaga por el mundo en busca de
acusaciones". Sólo la oración puede derrotarlo. Los místicos rusos y los
grandes santos de todas las tradiciones aconsejaron, en momentos de
turbulencia espiritual, protegerse bajo el manto de la Santa Madre de
Dios pronunciando la invocación "Sub Tuum Praesidium".
La invocación "Sub Tuum Praesidium" dice lo siguiente:
“Sub tuum praesidium confugimus Sancta Dei Genitrix. Nostras
deprecationes ne despicias in necessitatibus, sed a periculis cunctis
libera nos semper, Virgo Gloriosa et Benedicta”.
[Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las
súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos
de todo peligro, ¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!].
Con esta solicitud de intercesión, el Santo Padre pide a los fieles
de todo el mundo que recen para que la Santa Madre de Dios, ponga a la
Iglesia bajo su manto protector, para defenderla de los ataques del
maligno, el gran acusador, y hacerla, al mismo tiempo, siempre más
consciente de las culpas, de los errores, de los abusos cometidos en el
presente y en el pasado y comprometida a luchar sin ninguna vacilación
para que el mal no prevalezca.
El Santo Padre también ha pedido que el rezo del Santo Rosario
durante el mes de octubre concluya con la oración escrita por León XIII:
“Sancte Michael Archangele, defende nos in proelio; contra
nequitiam et insidias diaboli esto praesidium. Imperet illi Deus,
supplices deprecamur: tuque, Princeps militiae caelestis, Satanam
aliosque spiritus malignos, qui ad perditionem animarum pervagantur in
mundo, divina virtute, in infernum detrude. Amen”.
[San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo
contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste
sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la
Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al
infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el
mundo para la perdición de las almas. Amén].