Sídney, AUSTRALIA (Agencia Fides, 25/09/2018) - La falta de vivienda es una emergencia en
Australia, donde aumenta el número de personas que no pueden hacer
frente a los retos de un mercado inmobiliario despiadado: el último
censo habla de más de 116 mil indigentes. Es un desafío que tiene
consecuencias "corrosivas" en todos los aspectos de la vida cotidiana:
la familia, el trabajo y el estudio. Este es el tema sobre el cual
reflexionará la Iglesia australiana en la Jornada por la Justicia
Social, que se celebrará el domingo 30 de septiembre.
“La casa es un derecho de toda persona, como afirma la Declaración
Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y las enseñanzas de
la iglesia”, subraya Mons. Vicente Long Van Nguyen, presidente de la
Comisión de "Justicia Social" de la Conferencia Episcopal.
Proponiendo la figura del ‘Buen samaritano’ como modelo, el obispo
recuerda que cada persona está llamada a responder a la misma pregunta
del protagonista de la parábola del Evangelio: “Viendo en la calle a
tantas personas que necesitan ayuda, lastimadas por la violencia, la
desgracia o la pobreza, nos encontramos ante la misma pregunta:
¿seguimos nuestro camino indiferentes o nos detenemos a ayudar?”.
“Además de las personas sin hogar, existe un verdadero ejército que
tiene que luchar para poder mantener un techo sobre sus cabezas,
combatiendo cada mes para pagar el alquiler o la hipoteca. Suelen ser
personas que tienen empleo, pero cuyos ingresos apenas llegan para
alimentar a sus seres queridos”, señala el obispo.
La esencia del mensaje de la Jornada evidencia como la atención de la
Iglesia sobre estos temas se ha visto fortalecida por las palabras y las
acciones del papa Francisco hacia los pobres y los desamparados,
especialmente en la ciudad de Roma. La Conferencia Episcopal invita a
las autoridades a tomar medidas para permitir que cada individuo tenga
acceso a un alojamiento seguro y exhorta a todos los ciudadanos a ser
solidarios con las personas sin hogar.