CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 25/03/2021) – “La pandemia ha puesto de
manifiesto otro tipo de enfermedades que ya existían antes: la falta de
fraternidad y las barreras que separan a ricos y pobres. Hay quienes
pueden acceder a los más altos niveles de estudio y educación mientras
otros ni siquiera tienen la posibilidad de abrir un libro; hay quienes
pueden ir a los mejores hospitales y quienes ni siquiera tienen
paracetamol disponible. Ciertamente, el Covid-19 lo ha agravado:
pensemos en las disposiciones sanitarias más sencillas, como lavarse las
manos o vivir separados. En muchas partes del mundo no hay agua y hay
familias de 6-7 personas que viven hacinadas. La pandemia, además, ha
puesto ante los ojos de todos las prioridades equivocadas de nuestro
mundo: no hay mascarillas, pero hay dinero para armas y otros
instrumentos de guerra”. Así lo ha expresado el Cardenal Luis Antonio
Tagle, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los
Pueblos, durante el seminario web “Tocar las heridas del mundo. Creer en
tiempos de pandemia”, organizado por el Festival Franciscano, por la
Editorial Misionera Italiana y por el Antoniano de Boloña.
El Cardenal Tagle ha hablado de las heridas de este tiempo, mirándolas
desde una perspectiva de esperanza: “Hay muchos tipos de heridas
causadas por nuestras decisiones equivocadas, heridas autoinfligidas.
Luego están las heridas causadas por el exterior, por otras personas,
por sistemas y estructuras de indiferencia y desigualdad. Quisiera
volver al 27 de marzo del año pasado, en esa plaza de San Pedro tan
vacía: durante esa hermosa oración, el Santo Padre nos ofreció un gran
regalo de fe, recordándonos que la Encarnación de Jesucristo es la
cercanía de Dios a todos los que sufren. Nadie camina solo, nadie sufre
solo, nadie muere solo: esta es la medicina, Cristo Jesús. De ahí nacen
las heridas de amor: los voluntarios, las enfermeras, las religiosas,
los obispos, los laicos que estuvieron y están dispuestos a contagiarse
entrando en lugares peligrosos, demostrando que están dispuestos a ser
heridos por el amor, por la solidaridad. Cuando una persona ama, está
dispuesta a ser herida”.
Como recuerda el Card. Tagle, justo después de la oración del 27 de
marzo de 2020, el Papa Francisco convocó un grupo de trabajo para
responder a las necesidades de los países más pobres y planificar un
futuro de cercanía después del Covid: “La Congregación para la
Evangelización de los Pueblos, Cáritas, el Dicasterio para el Desarrollo
Humano Integral y otras realidades de la Iglesia fueron llamadas a dar
cada una su propia contribución. Nuestro Dicasterio de Propaganda Fide,
por ejemplo, ha ayudado a las iglesias locales, especialmente en las
llamadas necesidades institucionales, por ejemplo, para proporcionar
alimentos y bienes sanitarios, además de ayudar en las necesidades
básicas en tierras de misión. A Cáritas se le ha encomendado, en cambio,
la misión de educar y formar a las comunidades locales, para que estén
preparadas a afrontar la pandemia, a ayudar a las comunidades a no
depender totalmente de sus gobiernos”.
En la misión de la Iglesia, más allá de la emergencia pandémica, ha dicho el Card. Tagle, también es necesario responder de forma creible a una creciente secularización, ligada a una globalización “que no es sólo un hecho económico, sino también un hecho de cultura”, ha seguido explicando el cardenal. “No es posible poner escudos o barreras para proteger a las personas de la circulación de estas ideas, pero esto no es un problema, sino un reto que nos lleva a valorar nuestra fe”.
Por último, respondiendo a una pregunta sobre el acuerdo entre la Santa
Sede y China, el Cardenal Tagle ha dicho: “Soy optimista respecto a
China. Sé que nuestro Papa San Juan Pablo II tenía el sueño de ir allí, y
estoy seguro de que también es el sueño del Papa Francisco. Esperamos
que el acuerdo entre China y la Santa Sede, aunque limitado y no
perfecto, abra la puerta a esta posibilidad. La diplomacia con los
asiáticos suele ser sorprendente: cuando no se espera una puerta
abierta, se abren las ventanas”.