Moroto, UGANDA (Agencia Fides 24/03/2021 - En el año de Covid-19 en Uganda se han
verificado a menudo problemas relacionados con la lucha contra los virus
y las enfermedades infecciosas como la tuberculosis que sigue siendo
una de las más mortíferas del mundo. De hecho, hay 10 millones de
enfermos en todo el mundo y 1,4 millones de muertes registradas solo en
2019. El 25% de los nuevos casos anuales se dan en África y la llegada
de la pandemia en el último año ha puesto a prueba los sistemas
sanitarios de este continente.
“Con el Covid-19 temíamos ver arruinado para siempre el trabajo de años -
cuenta a la Agencia Fides Simone Cadorin, jefe de proyecto de Médicos
con África Cuamm en Moroto-. De hecho, hace un año el gobierno bloqueó
el transporte público, impuso el toque de queda y prohibió los viajes:
el temor era que la gente dejara de acudir al hospital para las visitas
mensuales y para recoger los medicamentos”.
“De acuerdo con las autoridades locales - explica Cadorin -, desarrollamos, en plena emergencia, un apoyo asistencial puerta a puerta para los pacientes, visitándolos y distribuyendo medicamentos a domicilio, en una zona rural con población seminómada. No solo hemos conseguido mantener a los pacientes en el tratamiento, sino que hemos mejorado mucho los resultados, pasando del 36% de tratamientos completados con éxito en 2019 al 85% en 2020 y reduciendo la tasa de abandono del 42% al 11%. Además, en los últimos meses se han relajado las medidas de bloqueo por Coronavirus en el país y los pacientes acuden ahora a los centros de salud por su cuenta, pero seguimos manteniendo el contacto con cada uno de ellos a través de los ‘village health team’ (equipos de salud de las aldeas), que hacen un seguimiento de los pacientes en sus casas, se aseguran de que tomen su medicación con regularidad y proporcionan ayuda psicológica y apoyo social a las familias y a los pacientes”.
Además, Cuam se ha comprometido firmemente a combatir las noticias
falsas relacionadas con el Covid-19 con actividades de formación para el
personal sanitario y de sensibilización en las aldeas de Uganda, al
igual que en los otros siete países en los que está presente. Mucha
gente ha dejado de ir al hospital por miedo a infectarse, lo que hace
que muchas mujeres arriesguen su vida dando a luz en casa, o que muchos
niños no sean vacunados contra enfermedades comunes. El enfoque “puerta a
puerta” desarrollado en Karamoja ha demostrado que, hablando con las
comunidades y escuchando sus necesidades y temores, es posible dar
continuidad a los proyectos y proporcionar atención sanitaria a los más
necesitados.