Erbil, IRAQ (Agencia Fides, 23/01/2016) – En la ciudad de Erbil, capital de la región
autónoma del Kurdistan iraquí, está aumentando el degrado de los barrios
periféricos donde habitan los cristianos debido a las tiendas de venta
de alcohol, las discotecas, los casinos y las “salas de masaje”, donde
en realidad se practica la prostitución. Según los datos facilitados por
el Ministerio de turismo en el barrio de Ankawa, donde se concentran
los cristianos caldeos, asirios y sirios, en los últimos tiempos se han
abierto sin licencia 13 tiendas de venta de alcohol. Un fenómeno que se
expande gracias a la complicidad de los organismos públicos y la crisis
económica: el volumen de negocios - incluso ilegales – que se realiza
entorno a discotecas y centros de masajes es el único que sigue
creciendo, junto con el de las armas, en medio a la economía devastada
del país. Los órganos de control administrativo de la gobernación de
Erbil realizan intervenciones esporádicas contra
el
juego de azar, el crecimiento del número de locales sin licencia y la
prostitución, pero estas iniciativas esporádicas – sobre todo con la
intención de sofocar las quejas periódicas de los representantes
religiosos musulmanes – son ineficaces para frenar el deterioro de la
zona.
En los últimos meses, cientos de cristianos
iraquíes, que viven en Ankawa, organizaron una protesta contra los
fenómenos que hacen que la vida cotidiana sea aún más humillante en esa
zona de la capital del Kurdistán iraquí, donde también se concentran las
comunidades de refugiados que huyeron de la llanura de Nínive ante la
ofensiva del Estado Islámico (Daesh). En esa ocasión, también se entregó
a un representante del gobernador de Erbil una lista de demandas
específicas a las autoridades administrativas locales, para obtener una
solución rápida a las emergencias que mantienen a la población de Ankawa
en un estado de creciente sufrimiento.
Estos locales de mala muerte – refieren fuentes locales de Fides -
también son kurdos musulmanes de las zonas altas de Erbil. En sus
barrios no se vende alcohol y no hay vida nocturna, por lo que se están
convirtiendo Ankawa en su 'Las Vegas' personal.