Bangui, REPÚBLICA CENTROAFRICANA (Agencia Fides, 28/01/2016) - “Los guerrilleros del LRA continúan tomando
como esclavos a los habitantes de las aldeas, transformándolos en
transportadores y esclavos sexuales, y dando fuego a sus casas” afirma
Su Exc. Mons. Nestor Desire Nongo-Aziagbia, obispo de Bossangoa en la
República Centroafricana. Según el obispo, el Ejercito de Resistencia
del Señor (Lord’s Resistence Army-LRA) ha vuelto a ser una de las
mayores amenazas para la paz, no solo en Centro-áfrica sino también en
la República Democrática del Congo y en Sudán del Sur. El último ataque
ha sido el 21 de enero, cuando algunos miembros del LRA asaltaron la
parroquia de San Andres de Bakouma en el sudeste de la República
Centro-africana.
El grupo, nacido hace más de 30 años en el norte de Uganda, hace tiempo
que ha extendido sus actividades a estos Países. A pesar de que no se
señalan ataques en Uganda, el Sheikh Musa Khalil, vice presidente de la
Acholi Religious Leaders Peace Initiative, una organización local
dedicada a la reconciliación en la comunidad Acholi (etnia dentro de la
cual nació y creció el núcleo original del LRA), afirma que “el grupo
todavía tiene a nuestros hijos secuestrados desde hace tiempo. Su
renacer complica que puedan regresar”.
Uno de los líderes del LRA, Dominic Ongwen, está bajo proceso ante la
Corte Penal Internacional, mientras las fuerzas especiales de Uganda y
de América están desplegadas en Centro-áfrica para dar la caza al jefe
del LRA, Joseph Kony.
Pero según Mons. Nongo-Aziagbia “nuestra preocupación es que en realidad
no exista la voluntad política de vencer a los rebeldes”.