La iglesia misionera por los enfermos de lepra: 611 leproserías en el mundo

CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 30/01/2016) – La iglesia misionera posee una larga tradición de asistencia hacia los enfermos de lepra, a menudo abandonados incluso por sus propios familiares, y siempre les ha proporcionado asistencia, además de los cuidados médicos y de la atención espiritual, sin olvidar las posibilidades de recuperación y de re-inserción en la sociedad. En muchos países todavía es grave la discriminación hacia estos enfermos, porque muchos creen que no se puede curar y por las tremendas mutilaciones que provoca.
 
Según los datos del último “Anuario Estadístico de la Iglesia”, la iglesia católica gestiona en el mundo 611 leproserias. Esta es la repartición por continentes: en África 201, en América 59 (total), en Asia 328, en Europa 22 y en Oceanía 1. 

Las naciones que cuentan con el mayor número de leproserías son: en África: República Democrática del Congo (30), Madagascar (25), Sudáfrica (23); en América del Norte: Estados Unidos (2); en América central: México (11); en América central-Antillas: Haití (3); en América del Sur: Brasil (21), Perú (4), Ecuador (4); en Asia: India (253), Indonesia (25), Vietnam (14); en Oceanía: Papúa Nueva Guinea (1); en Europa: Alemania (16), España (3), Italia (1).
 
El último domingo de enero, que este año cae el día 31, se celebra la Jornada mundial de los enfermos de lepra, instituida en 1954 por el escritor y periodista francés Raoul Follereau, definido “el apóstol de los leprosos”, que lucho contra toda forma de marginación y de injusticia. Esta 63 edición tiene el lema: “Vivir es ayudar a vivir”. Según los datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), cada año más 213.000 personas, de las cuales muchos menores, contraen esta enfermedad. La lepra es una enfermedad que se puede curar, la causa principal sigue siendo la pobreza y la falta de servicios sanitarios. No se conoce con exactitud el número de enfermos de lepra en el mundo, sobre todo porque algunos estados no quieren que se sepa de la presencia de esta enfermedad en su territorio. Aún así es un problema sanitario importante en varios países de África, de Asia y de América Latina. 

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