CIUDAD DEL VATICANO, 22 de enero 2016 (VIS).- Esta mañana en la
Oficina de Prensa de la Santa Sede ha tenido lugar la presentación del
Mensaje del Santo Padre FRANCISCO para la 50 Jornada Mundial de las Comunicaciones
Sociales. Han intervenido Mons. Dario Viganò, Prefecto de la Secretaría
para la Comunicación, Paolo Ruffini, Director de TV2000 y Marinella
Perroni, del Pontificio Ateneo San Anselmo (Roma).
En su
intervención el Prefecto recordó que esta Jornada Mundial de las
Comunicaciones Sociales -que la Iglesia celebra el 8 de mayo 2016- es la
quincuagésima en orden cronológico; un dato importante porque se
relaciona con la clausura del Concilio Vaticano II que hace cincuenta
años emanó el Decreto sobre los Instrumentos de Comunicación Social
''Inter mirifica''. Es ,además, la única jornada mundial establecida por
el Concilio y esta vez se sitúa en el centro del Jubileo Extraordinario
de la Misericordia al que hace
referencia directa el tema de la Jornada. Por último, es la primera
Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que se celebra después de
la creación de la Secretaría de Comunicación por el Papa FRANCISCO.
Después
de este preámbulo, Mons. Viganò subrayó que la misericordia es el sello
distintivo del actuar y del ser Iglesia, ya que la relación entre
Iglesia y misericordia no es extrínseca, ni muchos menos accidental sino
intrínseca, constitutiva, y atañe directamente a la identidad misma de
la Iglesia. ''Es -dijo- la experiencia de Pentecostés, el inicio de la
experiencia histórica de la Iglesia. La Iglesia es portadora de la
memoria de Jesús y por lo tanto no puede declinar las palabras de su
anuncio excepto en relación a la misericordia. Son palabras esperadas
por los que piensan que están alejados del Dios de la misericordia, del
que a menudo tenemos una imagen distorsionada, como Dios juez despiadado
e incapaz de involucrarse
con los límites del sufrimiento... Para los hombres y mujeres de hoy, y
para la Iglesia de Jesús, estas son las palabras que ofrecer como
antídoto a las duras palabras de los preceptos, pronunciadas por los que
acusan al relativismo imperante y la irrevocabilidad de los valores... La Iglesia llamada a participar en la misión mesiánica debe ser capaz
de vivir en la verdadera y auténtica humanidad, debe aprender de Jesús a
declinar la misericordia en palabras de esperanza y de vida y en gestos
de emoción, dejándose tocar por las vivencias humanas y, sabiendo, como
recuerda tantas veces el Papa FRANCISCO, tocar la carne de los
últimos''.
La relación entre silencio y escucha, fue el segundo
punto de la intervención del prelado que citó las palabras del filósofo
suizo Max Picard para explicar cómo el ser humano se haya convertido en
nuestra época en un apéndice del ruido, atrofiándose en un contexto de
palabras gritadas en vez de habladas, lo
que reduce al mínimo su capacidad de escuchar y favorece la falta de
atención. ''Escuchar -dijo Mons. Viganò- es un acto necesario para el
desarrollo de la comunicación y prevé ante todo el silencio, condición
indispensable para recibir cada palabra pronunciada y entender su
significado? Hablamos sólo porque - y al mismo tiempo ? escuchamos y la
atención que presta el Papa FRANCISCO a esta dicotomía es constante''.
También el Papa Benedicto XVI, dedicó gran atención a ese argumento
-recordó- cuando en el Mensaje para la Jornada Mundial de las
Comunicaciones Sociales de 2012 escribía que cuando los mensajes y la
información son abundantes, el silencio se convierte en esencial para
distinguir lo que es importante de lo que es insignificante o
secundario'.
El Prefecto concluyó con una cita del teólogo
luterano Dietrich Bonhoeffer sobre la misericordia: "Los misericordiosos
tienen un amor irresistible por los
humildes, los enfermos, los pobres, los que han sido humillados y
sufrido violencia, los que sufren injusticias y son dejados de lado, por
los que se atormentan y afligen; buscan a los que han caído en el
pecado y la culpa. Ninguna miseria es demasiado profunda, ningún pecado
tan horrible cómo para no aplicar la misericordia''. ''Es la
bienaventuranza de la misericordia que la Iglesia está llamada a vivir
ante todo en sus relaciones -observó- porque la comunidad cristiana no
es un grupo elitista ni está constituida por perfectos. San Pablo ..
invita a cada uno de nosotros a reconocer el punto de partida de la vida
cristiana y eclesial que es el amor de Dios y, por la gracia, la
participación en su santidad''.
Al final, Mons. Viganó retomó el
tema del silencio : ''De esta Jeena de ruido, que es nuestra vida
cotidiana, de este "túnel de viento de los chismes" y las habladurías
-dijo- brota espontáneamente
la nostalgia de silencio, el deseo de silenciar las palabras manipuladas
y descubrir las palabras del silencio. El hombre contemporáneo, aunque
sea sin saberlo, está gritando con Verlaine: Dadme el silencio, y el
amor de misterio ".
Por su parte el Director de TV2000, Paolo
Ruffini habló de la necesidad de hacer una televisión que fuera capaz de
mirar al mundo con los ojos de la misericordia, sin tener miedo de
estar calada en la realidad, sin cerrarse en sus estudios y ''eligiendo
la proximidad como criterio para comprender, entender, sorprender y
sorprenderse, para actuar y elegir... Una televisión que se acerca a las
personas de carne y hueso en el mundo real, no en el virtual... y que
cuenta la realidad sin renderse a los estereotipos o a los círculos
viciosos de las condenas y las venganzas que -como escribe el Papa- nos
siguen atrapando''.