CIUDAD DEL VATICANO, 28 de enero 2016 (VIS).- El Santo Padre FRANCISCO ha
recibido hoy en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano a 45 miembros del Comité
Nacional de Bioética, instituido hace 25 años en la Presidencia del
Consejo de Ministros italiano.
"Todos conocen la sensibilidad de
la Iglesia en las cuestiones éticas -dijo el Papa en el discurso que les
dirigió- pero tal vez no sea igualmente claro para todos que la Iglesia
no reclama ningún espacio privilegiado en este campo; al contrario se
siente satisfecha cuando la conciencia cívica, en varios niveles, puede
reflexionar, discernir y operar sobre la base de la racionalidad libre y
abierta y de los valores fundamentales de la persona y de la sociedad.
Efectivamente esta madurez cívica responsable es una señal de que la
siembra del Evangelio - esa sí, revelada y confiada a la Iglesia - ha
dado sus frutos, logrando promover la búsqueda de lo verdadero, de lo
bueno y de lo hermoso en las complejas
cuestiones humanas y éticas''.
''Sustancialmente -continuó- se
trata de servir a la persona, a toda las persona, a todos los hombres y
las mujeres, con especial atención y cuidado a los más vulnerables y
desfavorecidos, que encuentran difícil hacer oir su voz, o a los que
todavía no pueden a a los que ya no pueden hacer que se escuche. En este
terreno la comunidad eclesial y civil, se encuentran y están llamadas a
cooperar, de acuerdo con sus distintas y respectivas competencias''.
FRANCISCO
se refirió posteriormente a que el Comité se ha ocupado en varias
ocasiones del respeto a la integridad del ser humano y a la protección
de la salud desde la concepción hasta la muerte natural, teniendo en
cuenta a la persona en su singularidad, siempre como un fin y nunca sólo
como un medio. ''Este principio ético -subrayó- es también fundamental
por cuanto concierne a las aplicaciones biotecnológicas
en el campo médico, que nunca pueden ser utilizadas de una manera que
menoscabe la dignidad humana, ni tampoco obedecer unicamente a fines
industriales y comerciales''.
''La bioética -puntualizó- nació
para confrontar, a través de un esfuerzo crítico, las razones y las
condiciones derivadas de la dignidad de la persona humana con los
progresos de las ciencias y las tecnologías de la biología y la
medicina, que, a su ritmo acelerado, corren el riesgo de perder
cualquier referencia que no sea la utilidad y el beneficio...Sois
conscientes de que esa investigación sobre los complejos problemas
bioéticos no es fácil y no siempre llega rápidamente a una conclusión
armoniosa; de que siempre requiere humildad y realismo, de que no teme
la comparación entre las diferentes posiciones; y de que, finalmente, el
testimonio dado a la verdad contribuye a la maduración de la conciencia
civil''.
En particular, el
Pontífice animó a los miembros de Comité a continuar su trabajo en tres
ámbitos: el análisis interdisciplinario de las causas de la degradación
ambiental en el que sería oportuna, ''una comparación entre las teorías
biocéntricas y las antropocéntricas, para buscar formas que reconozcan
la centralidad del ser humano, con el debido respeto por otros seres
vivientes y por todo el medio ambiente, también para ayudar a definir
las condiciones irrenunciables para la protección las generaciones
futuras''.
El segundo ámbito es el de la discapacidad y la
marginación de los sujetos vulnerables, en una sociedad que tiende a la
competición y a la aceleración del progreso. ''Es -dijo- el reto de
contrastar la cultura del descarte que tiene muchas expresiones, entre
las cuales la de tratar a los embriones humanos como material de
descarte, al igual que a los anciamos y a las personas que se acercan a
la
muerte''.
Por último, el esfuerzo cada vez mayor hacia la
confrontación internacional, en vista de una posible y deseable, aunque
compleja, ''armonización de las normas y reglas de las actividades
biológicas y médicas que reconozcan los valores y los derechos
fundamentales''.
FRANCISCO finalizó dando las gracias al Comité
por su intento de ''identificar estrategias de sensibilización de la
opinión pública, a partir de la escuela, en las cuestiones de bioética,
como la comprensión de los avances de la biotecnología''.