Kampala, UGANDA (Agencia Fides, 30/10/2017) – “El último medio siglo ha sido sobre todo un
período de consolidación del excelente trabajo iniciado por los
misioneros. Los próximos 50 años deberían ser un periodo de crecimiento
más profundo de la fe y de la caridad... Un nuevo compromiso con la
evangelización debería hacer penetrar el Evangelio más profundamente, no
solo en los individuos, sino también en la sociedad humana. La Iglesia y
la sociedad deben trabajar estrechamente para encontrar los recursos
necesarios para renovar y construir una cultura de amor, reconciliación,
justicia y paz”. Este es el mensaje final que ha entregado el Cardenal
Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de
los Pueblos, a la Archidiócesis de Kampala, en la clausura de las
celebraciones por el 50 aniversario de la fundación.
Ayer, domingo 29 de octubre, en el Santuario de los Mártires ugandeses
en Namugongo, el Cardenal Filoni presidió una solemne concelebración
eucarística a la que asistieron obispos, sacerdotes, religiosos,
religiosos, autoridades civiles y muchos fieles.
Partiendo de las lecturas bíblicas del día, el Prefecto del Dicasterio
Misionero resaltó el doble mandamiento del Señor, amar a Dios y amarse
los unos a los otros: “Como dos caras de la misma moneda, los dos
mandamientos no pueden separarse, el primero está inseparablemente
conectado con el segundo”. Esto implica que la falta de solidaridad con
los necesitados influye directamente en nuestra relación con Dios. “No
es suficiente con no maltratar a los necesitados”, enfatizó el Cardenal,
“el amor al prójimo requiere ser dócil y estar atentos al grito de los
pobres para ir en su ayuda”.
“He sabido” continuó comentando el Cardenal, “que la zona metropolitana
de Kampala ha visto movimientos masivos de ugandeses que llegan con la
esperanza de encontrar trabajo y una vida mejor. Muchos no han logrado
estos objetivos y permanecen en la periferia de la sociedad. También
sabemos que en la provincia eclesiástica de Gulu, cientos de miles de
refugiados de Sudán del Sur buscan refugio para salvar sus vidas de la
violencia. Debemos tratar de llegar a ellos con el amor y la
misericordia de Cristo; si no lo hacemos, muchos otros que afirman ser
profetas, apóstoles y sanadores lo harán. No debemos dejarlos
abandonados a sí mismos. Quizás no podamos hacer mucho en este momento,
pero es importante conocerlos, ya sean católicos o de otras
confesiones”. Esto es lo que el Papa Francisco llama “ir a los suburbios
existenciales de la sociedad”.
Pero el amor no se agota en la relación entre individuos, sino que
también se extiende en la comunidad social y política. “La caridad
social nos hace amar el bien común; nos hace buscar el bien de todas las
personas, no solo como individuos sino también en la dimensión social
que los une”. Según el Antiguo Testamento, el jubileo era una
oportunidad para condonar las deudas, devolver las propiedades, liberar
esclavos y sirvientes, por lo que era una oportunidad para ayudarse unos
a otros y tener un nuevo comienzo. En el Nuevo Testamento, Jesús se
presenta como Aquel que hace realidad el antiguo jubileo.
“Todo esto - continuó diciendo el Cardenal Filoni- resalta el hecho de
que los jubileos comunitarios tienen una dimensión importante que debe
tenerse en cuenta. Me gustaría repetir lo que he dicho a varios grupos
en los últimos días. Este Jubileo de Oro marca un paso importante en la
vida de esta Iglesia de la Archidiócesis. Mi llamada es para el comienzo
de un nuevo compromiso; es más, un momento favorable para encontrar
nuevas perspectivas; para marcar el camino de la Iglesia Católica en
Kampala para los próximos 50 años. ¿Qué tipo de Iglesia queremos ser, en
el contexto de la Iglesia Universal? ¿Cuál es nuestro papel en el
contexto de África y de nuestro país?” Las respuestas deben ser
coherentes con las directrices dadas por el Concilio Vaticano II y por
los demás documentos magisteriales, especialmente aquellos dedicados a
la Iglesia en África. “La Arquidiócesis de Kampala fue erigida siguiendo
el Concilio Vaticano II” – ha recordado el Cardenal -. Es nuestra
ferviente esperanza que esta Iglesia local siga siendo fiel a la
realización de la riqueza inagotable de ese gran evento eclesial”.
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