Ciudad del Guatemala, GUATEMALA (Agencia Fides, 19/10/2017) – El cáncer de la corrupción y el
apoyo a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala
(CICIG): son los temas sobre los que ha hablado la Conferencia Episcopal
de Guatemala en una declaración firmada por el Presidente Mons. Gonzalo
de Villa y Vásquez, SJ, Obispo de Sololá - Chimaltenango , y por el
Secretario General , Mons. Domingo Buezo Leiva, Vicario Apostólico de
Izabal.
Ayer, 18 de octubre, durante una conferencia de prensa, los obispos han
descrito la grave situación que vive Guatemala: es “evidente que en el
país existe una dinámica de corrupción”. La declaración afirma que “el
papel de la CICIG ha sido fundamental y es a todas luces indispensable.
Todo intento por debilitarla favorecerá la impunidad y afectará
gravemente todos los esfuerzos en la lucha contra la corrupción. Pero no
debemos olvidar que ésta es una responsabilidad de todos”.
Dirigiéndose al Congreso de la República, los obispos afirman que “la
iniciativa del 13 de septiembre de frenar el desarrollo de los
antejuicios contra los diputados y apoyar legalmente la impunidad,
muestra a las claras la falta de conciencia ética en muchos diputados y
que es absolutamente necesario un cambio urgente en los mecanismos de
elección de los mismos. Dicho cambio debe incluir la determinación de un
perfil de los candidatos, en el cual se integre como componentes
esenciales, la dimensión ética y los conocimientos adecuados para
legislar”.
Los obispos invitan a encontrar una solución a los principales
problemas, “como la pobreza creciente, la falta de empleo, las
deportaciones masivas desde Estados Unidos y México de los
connacionales… se necesita que todos juntos como ciudadanos responsables
encontremos fórmulas creativas que alcancen consensos importantes y
sean implementadas en el plazo más corto posible”.
“Exhortamos a los laicos - concluye el texto enviado a la Agencia Fides
-, hombres y mujeres, miembros de la Iglesia para que asuman su
responsabilidad cristiana y ciudadana, particularmente profesional, y se
comprometan a apoyar estos esfuerzos. La lucha contra la corrupción es
una parte de ellos y no debe ser conceptualizada como una confrontación
ideológica. Promover una cultura de la transparencia y la honestidad es
una tarea de la cual nadie debe quedar excluido”.
La historia de Guatemala presenta episodios de corrupción que han
marcado la convivencia social. El documento de los obispos del 2015, una
declaración en doce puntos titulada “Nos duele Guatemala”, explica que
la terrible situación del país se debe a la corrupción organizada en las
instituciones estatales. Desde entonces la iglesia sigue repitiendo:
“queremos gritar con indignación: ¡basta ya! Necesitamos romper el ciclo
de corrupción de la impunidad y del conflicto para proponer un
Guatemala diferente”.
Precisamente cuando el país parecía avanzar hacia una política de la
honestidad entre quienes lo gobernaban, el 27 de agosto, el presidente
Jimmy Morales decidió declarar “persona no grata” a Ivan Velasquez, jefe
de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y
expulsarlo del país, una decisión que ha revelado movimientos de dinero
poco claros durante la campaña que condujo al poder a Morales. La
situación actual sigue siendo compleja y la población está muy cansada
de todo esto.