Bogotá, COLOMBIA (Agencia Fides, 17/01/2020) – Los obispos de Colombia sienten "un inmenso
dolor y preocupación al recibir, todos los días, durante este 2020,
noticias de asesinatos de líderes y amenazas a las comunidades",
expresan "solidaridad con los sobrevivientes, familiares y amigos de
quienes han perdido la vida. En esta ola de violencia y muerte sin
sentido": es la declaración de la Conferencia Episcopal de Colombia
después del asesinato de otro líder social. Han pasado 17 días desde
principios de 2020 y 17 defensores de los derechos humanos también han
sido asesinados solo porque son líderes o representantes de alguna
comunidad rural.
"Insistimos en la necesidad de implementar una política pública nacional
para hacer frente a esta amenaza, que incluye iniciativas de
protección, respuestas oportunas a las alarmas y la presencia efectiva
de las instituciones estatales en las comunidades más vulnerables",
escriben los obispos, dirigiéndose a los nuevos administradores
municipales y regionales. recientemente elegidos, instándolos a poner la
protección de las comunidades y los líderes sociales en sus programas
administrativos.
La solicitud de los obispos comienza con pedir el respeto por la vida de
cada persona, "que es sagrada", y los asesinatos y las acciones
violentas "contra nuestros hermanos y hermanas" terminan "amenazando la
democracia" y las instituciones del país. El llamado "a no ser
indiferentes" a lo que está sucediendo "en los departamentos de Chocó,
Cauca, Valle del Cauca, Norte de Santander, Nariño y Arauca", va
acompañado del compromiso de continuar "siguiendo, como Iglesia Católica
, a los más distantes y vulnerables ".
Según la Conferencia Episcopal, se han registrado 17 muertes en menos de
17 días desde principios de 2020, mientras que la ONG Instituto de
Estudios sobre Paz y Desarrollo (INDEPAZ) informa 21. Pero este tipo de
violencia proviene de tiempo atrás: INDEPAZ y el
movimiento político de la Marcha Patriótica afirman que el número real
de líderes asesinados supera las 700 unidades, además de los 140 ex
combatientes de las FARC que fueron asesinados después de la firma del
acuerdo de paz. El conteo final en 2019 fue de 250
asesinatos solo entre líderes sociales, incluidos 23 solo en diciembre
de 2019. La causa y la solución a este tipo de violencia, nuevamente
según INDEPAZ, no puede ser solo la llegada de las fuerzas de orden del
estado, sino también la promoción del desarrollo económico y social de
estos territorios. La Iglesia Católica, que ha estado siguiendo y
denunciando esta dramática situación durante algún tiempo, ha
hecho propuestas para el desarrollo y el respeto de los derechos humanos
en la región.