Khulna, BANGLADESH (Agencia Fides, 16/01/2020) - La formación permanente de los fieles católicos
y el diálogo interreligioso son las prioridades del plan pastoral de la
diócesis de Khulna para el 2020. "Nuestra gente necesita desarrollo y
promoción humana, para una mejora social y económica de las condiciones
de vida, pero están entusiasmados también por crecer en la fe", dice a
la Agencia Fides el obispo James Romen Boiragi, que dirige la comunidad
eclesial en Khulna. "En general - observa el obispo -, hay cierta
timidez entre los fieles al testimoniar su fe o anunciar el Evangelio".
En este contexto, la diócesis de Khulna ha emprendido varios programas
de formación en las parroquias dirigidos a los bautizados "para que las
personas puedan fortalecer su fe para hacer frente a los desafíos de la
vida", afirma Mons. Boiragi.
Un aspecto en el que se centra la atención pastoral, señala, es el de
"entablar un diálogo y vivir en armonía con personas de otras
religiones, en un país con una mayoría musulmana", dice el obispo.
“La mayoría de los servicios ofrecidos por las estructuras e institutos
católicos, como los programas de educación, salud y desarrollo social,
están diseñados y dirigidos a todos, sin discriminación de fe o etnia.
Mediante este compromiso con la sociedad y el bienestar de la población,
promovemos la convivencia pacífica con personas de otras religiones",
informa.
Cabe señalar, que Bangladesh es un país sujeto a desastres naturales
como inundaciones, tifones y ciclones, todo ello efectos del cambio
climático. El mayor impacto de estos fenómenos se produce sobre todo en
la vida de aquellos sectores de la población que son más pobres o
vulnerables, que se encuentran por debajo del umbral de supervivencia.
Las diversas diócesis católicas bengalíes, incluida la de Khulna,
organizan y participan, junto con el gobierno y los grupos de la
sociedad civil, programas de sensibilización y prevención dirigidos a la
población que vive en zonas de riesgo.
La diócesis de Khulna se creó en 1952 y hoy cuenta con más de 35,000
católicos dispersos en 10 parroquias administradas por 42 sacerdotes y
más de 80 religiosas, sobre una población total de alrededor de 15
millones de habitantes, en su mayoría musulmanes.