CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 24/01/2020) – El domingo 26 de enero se
celebrará en todo el mundo el primer “Domingo de la Palabra de Dios”,
instituido por el Papa Francisco con la Carta apostólica “Aperuit
Illis”, para que “nunca falte en la vida de nuestro pueblo esta relación
decisiva con la Palabra viva que el Señor nunca se cansa de dirigir a
su Esposa” (n.2). El Papa subraya que “la Biblia no puede ser sólo
patrimonio de algunos, y mucho menos una colección de libros para unos
pocos privilegiados. Pertenece, en primer lugar, al pueblo convocado
para escucharla y reconocerse en esa Palabra” (n.4). Desde esta
perspectiva, muchos misioneros han dedicado una parte sustancial de su
compromiso por la evangelización a la traducción de las Escrituras a las
lenguas locales, para alentar el crecimiento y la formación de
comunidades cristianas. A continuación citamos solo algunos ejemplos.
El Beato p. Gabriele Maria Allegra (1907–1976), misionero franciscano,
OFM, conocido por haber realizado la primera traducción de la Sagrada
Escritura al chino. Fue enviado en una misión a China, y después de
estudiar el idioma, en 1935 comenzó la traducción del Antiguo Testamento
del arameo, terminando en 1944. Desafortunadamente, perdió más de la
mitad del texto que había traducido durante la guerra, por lo que llamó a
varios hermanos de comunidad chinos a ayudarlo. En 1945 fundó el
Studium Biblicum Franciscanum en Pekín, que fue transferido a Hong Kong
en 1948. Después de completar la traducción del Antiguo Testamento en
1952, viajó a Tierra Santa para un período de formación. Al regresar a
Hong Kong en 1955, comenzó a traducir el Nuevo Testamento del griego. En
1968, el Studium Biblicum Franciscanum publicó la Biblia en chino por
primera vez en la historia (Antiguo y Nuevo Testamento).
El 21 de diciembre de 2019 se publicó oficialmente el "Baibil Khumur",
la Santa Biblia en lengua Tiwa. La comunidad Tiwa o Lalung es una tribu
indígena que vive principalmente en los estados indios de Assam y
Meghalaya, en el noreste de India, y también en algunas partes de
Arunachal Pradesh y de Manipur. La obra de traducción fue dirigida y
coordinada por el salesiano (SDB) p. UV Jose, quien trabajó en él
durante más de cinco años llegando a dedicar hasta 14 horas al día a
esta misión. Antes de él, otro salesiano, el p. Michael Balawan, había
traducido el Nuevo Testamento al Tiwa, además de escribir un diccionario
Tiwa-Inglés-Khasi y editar varios libros sobre temas religiosos.
Los padres Piergiorgio Cappelletti y Mario Frigerio, misioneros de PIME,
que viven y trabajan en Camerún desde hace medio siglo, han dedicado
una parte importante de su compromiso misionero a la traducción de la
Palabra de Dios al idioma de los Tupuri. Tradujeron el Leccionario
dominical y el Nuevo Testamento, y colaboraron en la traducción del
Antiguo Testamento. También en Camerún, el padre Giuseppe Parietti
tradujo los libros deuterocanónicos y el leccionario festivo a Fulfuldé,
mientras que el padre Antonio Michelan tradujo la Biblia y el
leccionario dominical al Guiziga. La traducción de los textos litúrgicos
al idioma del grupo étnico santal se debe al padre Carlo Calanchi, un
misionero en Bangladesh. Mientras que el padre Luigi Scantanburlo en
Guinea Bissau, trabajó en las traducciones de los textos litúrgicos y
del Nuevo Testamento al idioma felupe; los Evangelios en Balanta y al en
Criolo los textos litúrgicos, el Nuevo Testamento y toda la Biblia (en
colaboración con los evangélicos). El padre Giovanni De Franceschi,
misionero en Costa de Marfil, tradujo los textos litúrgicos al baulé.
En México, después de 25 años de trabajo, en 2015 se completó la
traducción de la Biblia al idioma tzotzil, un idioma que proviene de los
Mayas y se habla principalmente en las mesetas de Chiapas, por los
pueblos del grupo étnico tzotzil, alrededor de 350,000 personas. El
trabajo fue realizado por los sacerdotes misioneros del Sagrado Corazón y
Santa Maria di Guadalupe, junto con algunos sacerdotes de la zona y
especialmente los catequistas de las parroquias. En Guatemala, la Biblia
traducida al k'iche - idioma más popular de entre las 22 lenguas
predominantes en el país -, fue publicada en 2011, fruto del trabajo de
un grupo coordinado por el sacerdote francés Bernardo Guos e Isabel
Sucuquí, de lengua maya, originario de Chiché, El Quiché. La traducción
de las Escrituras se realizó desde el idioma original, a través de un
proceso de revisión constante por parte de los catequistas k'iché, para
llegar al texto final de una Biblia que permite la lectura sin
la ayuda de otros idiomas.
En la década de 1960, los Misioneros de la Consolación (IMC) colaboraron
en la traducción realizada por la Iglesia local, en Kenia y Tanzania,
de la Biblia en los idiomas Kiswaili, Kimeru, Kikuyo. Giuseppe Frizzi
editó la traducción de la Biblia en lengua Xirima del pueblo Macua en
Niassa, Mozambique. La traducción fue revisada por el "Centro de
Inserção Makhuwa-Xirima", un centro de estudios culturales y artísticos
fundado por él en la misión de Maúa, y fue publicada por la Diócesis de
Lichinga, tras ser editada por los Misioneros de la Consolación. La
publicación de los Evangelios tuvo lugar en 1997 y la Biblia completa en
2000, con motivo del Gran Jubileo del año 2000. P. Frizzi al respecto
recuerda una anécdota: “Cuando terminé de traducir la Biblia al
Maca-Scirima, vino a verme un cheikh musulmán importante de Maúa llamado
Txirani: me preguntó si también podía traducir el Corán. Tuve que
rechazar la invitación porque no sé árabe, pero
aprecié mucho su petición: porque expresaba su plena confianza en un
cristiano y su deseo de hacer que el texto sagrado de los musulmanes
esté disponible en el idioma local, un deseo surgido del aprecio por la
obra de los cristianos, que traducen la Palabra de Dios a los distintos
idiomas del mundo".