CIUDAD DEL VATICANO, 19 de julio de 2016 (VIS).- El Arzobispo Bernardito Auza, Observador Permanente de la Santa Sede
ante las Naciones Unidas pronunció el pasado 13 de julio en esa sede un
discurso dedicado a la eliminación del tráfico de niños y jóvenes en el
contexto del debate en curso en la asamblea sobre ese tema.
“La Santa Sede ha hablado muchas veces del horror de la trata de
personas, el trabajo forzoso y todas las formas de esclavitud moderna”,
dijo el prelado, evidenciando también cómo a través de institutos
católicos religiosos, de programas nacionales y diocesanos, y de grupos
de fieles la Iglesia Católica lucha para hacer frente a sus diversas
causas, atiende a sus víctimas , sensibiliza ante esta plaga y trabaja
para tratar de eliminarla.
Después recordó que el Papa FRANCISCO dedicó su Mensaje para la
Jornada de la Paz 2015 a este tema, haciéndolo una prioridad clave de
la diplomacia internacional de la Santa Sede y hablando de el en
numerosas ocasiones: con los diplomáticos recién acreditados, con los
líderes religiosos internacionales, con una asociación de jefes de
policía internacional y líderes de la Iglesia, con científicos,
académicos, con los alcaldes de todo el mundo, con los jueces y con
varias conferencias en todo el mundo. “Pero no se ha limitado a hablar
–precisó el Nuncio- también ha puesto manos a la obra, organizando
conferencias en la Santa Sede, encabezando la declaración conjunta de
los líderes religiosos contra la Esclavitud Moderna en 2014 y
promoviendo la creación del Grupo de Santa Marta, el nombre de su
residencia en el Vaticano, que reúne a líderes católicos y jefes de
policía internacional para luchar contra este flagelo”.
El mensaje esencial del Santo Padre es que el tráfico de personas es
una "herida abierta en el cuerpo de la sociedad contemporánea", "un
crimen contra la humanidad", y un "flagelo atroz" que se está
produciendo en muchos de nuestros propios vecindarios.
“Cuando el
pasado mes de septiembre estuvo aquí en la ONU –recordó Mons. Auza-
pidió "medidas concretas e inmediatas para poner fin lo antes posible
al fenómeno de la trata de personas, la explotación sexual de niños y
niñas, y el trabajo esclavo ", incluida la prostitución", haciendo
hincapié en que hay que asegurarse de que nuestras instituciones sean
realmente eficaces en la lucha contra todos estos azotes y para ese fin
subrayó que la Agenda 2030 para el Desarrollo sostenible era "un
importante signo de esperanza", en la medida en que se centraba en tres
objetivos diferentes y en la atención y el compromiso del mundo para
hacer frente a esta plaga”.
El Observador Permanente destacó que en los apartados 5.2 y 8.7 de
esa agenda la Comunidad internacional se comprometía a "eliminar todas
las formas de violencia contra las mujeres y las niñas en las esferas
pública y privada, incluida la trata, el comercio sexual y otros tipos
de explotación", a "adoptar medidas inmediatas y eficaces para
erradicar el trabajo forzado, y acabar con la esclavitud moderna y el
tráfico humano, mientras en la conferencia actual ,se enfoca de un modo
particular el tercer compromiso relativo a la eliminación de la
esclavitud moderna por el que la comunidad internacional se compromete a
"acabar con el abuso, la explotación, la trata y todas las formas de
violencia y tortura contra los niños" para 2030.
“El tráfico de cualquier persona, cualquiera que sea su edad, es un
crimen contra la humanidad. Pero hay algo particularmente abominable
cuando se somete a los niños a semejantes atrocidades -precisó el Nuncio-
Como cristiano y como obispo católico, no puedo dejar de recordar
que Jesús reserva su más enérgica condena a aquellos que hacen daño a
los niños, diciendo que sería mejor para ellos atarse una piedra de
molino alrededor de su cuello y arrojarse al fondo del mar que hacer
frente al juicio de Dios por lo que han hecho. Jesús hablaba así porque
sabe que los niños son particularmente vulnerables y les es debida una
mayor protección amorosa. Mientras que el tráfico de personas siempre
explota la vulnerabilidad, el tráfico de niños y jóvenes explota a los
más vulnerables de todos, algo que no sólo deja al descubierto el horror
del tráfico en toda su fealdad repulsiva sino que, al mismo tiempo,
pone en evidencia la necesidad urgente de que todos se alcen para
proteger a los niños, a los jóvenes y a todos, de quienes los que
esclavizan y deshumanizan de esa forma”.
“Esta conferencia –concluyó- tratará de mostrar los rostros de los
casi dos millones de niños y jóvenes que actualmente son objeto de trata
y abordará …que hay que hacer para liberarlos, ayudarlos a recuperarse y
evitar que otros jóvenes sufran como ellos y ellas han sufrido”.
La Conferencia abordará también la labor realizada en este ámbito por
la Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y Delitos, así como la
de la Organización Mundial del Trabajo y se hablará de una preocupante
faceta del fenómeno: el tráfico de jóvenes sin hogar y el uso de
internet en el tráfico y la esclavización.