CIUDAD DEL VATICANO, 22 de julio de 2016 (VIS).- El Arzobispo José Rodríguez Carballo, O.F.MN, Secretario de la
Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de
Vida Apostólica ha ilustrado esta mañana en la Oficina de Prensa de la
Santa Sede la Constitución Apostólica Vultum Dei quaerere, sobre
la vida contemplativa femenina, recordando en primer lugar, que esa
"porción elegida del rebaño de Cristo", como la llamaba San Cipriano,
constituye el corazón palpitante de fe y de amor de la Iglesia por el
Señor y por la humanidad. A pesar de ello, en las últimas décadas no se
le ha prestado la suficiente atención en ámbito legislativo ya que se
rige todavía por la constitución apostólica Sponsa Christi, que
se remonta a 1950, es decir al Pontificado de Pío XII. La Vultum Dei
quarere, por lo tanto, es muy valiosa porque colma una laguna de los
años postconciliares de la que ya se empezaban a sentir las
consecuencias.
“De ahí –dijo el prelado- la preocupación del Papa FRANCISCO,
pastor atento a la la vida de su rebaño, y la decisión de dar un nuevo
documento a cuantos en la Iglesia “hombres y mujeres, llamados por Dios
y enamorados de él, han vivido su existencia totalmente orientados
hacia la búsqueda de su rostro, deseosos de encontrar y contemplar a
Dios en el corazón del mundo”.
Así, el Santo Padre tras subrayar la estima que siente por esta
forma particular de consagración, llamada misteriosamente a dar luz a
toda la humanidad desde el silencio y el recogimiento del claustro,
pasa a dar indicaciones precisas con respecto a los elementos
fundamentales de una vida de contemplación que, si bien no es
prerrogativa exclusiva de las mujeres, es en su mayoría femenina. “Por
eso –señaló Mons. Rodríguez Carballo- a la hora de establecer sus
elementos esenciales hay referencias explícitas a las mujeres
contemplativas, a las que se propone el icono de María como summa
contemplatrix, aquella que “virgen, esposa y madre, acoge y guarda la
Palabra para devolverla al mundo, contribuyendo así a que Cristo nazca y
crezca en el corazón de los hombres sedientos”.
El Secretario de la CIVSVA se detuvo en los puntos clave de la nueva
Constitución Apostólica, destacando que no era casual que el primero de
ellos fuera la formación tanto inicial como continua, un tema que desde
hace años es objeto de atención especial por el Magisterio. “En este
sentido –dijo- el Santo Padre, mientras recuerda que el lugar habitual de formación para una comunidad contemplativa debe ser el monasterio,
también augura la colaboración entre varios monasterios de diversas
maneras: el intercambio de material, el uso prudente de los medios
digitales, las casas comunes de formación inicial, la disponibilidad
de las hermanas preparadas para ayudar a los monasterios con menos
recursos etc..”.
Refiriéndose al amplio espacio que el documento dedica a la oración
indicó la precisión importante del Papa acerca de que la vida de
oración y la vida contemplativa no pueden vivirse como un repliegue,
sino que deben ensanchar el corazón para abrazar a toda la humanidad, y
en especial a aquella que sufre. “Si es el deseo profundo del corazón
de Francisco es tener una "Iglesia en salida” –afirmó - esto también es
válido para las llamadas a transcurrir su existencia entre los muros
de un claustro: la atención del corazón, en su solicitud maternal, debe
dilatar continuamente los confines de la oración, para que no solo
suba a las alturas para contemplar el rostro santo de Dios , sino que
baje también a las profundidades, para encontrar el dolor del hombre más
solo y el y excluido”.
También habló el Arzobispo de otros dos puntos que son argumento de
discernimiento y reflexión para las contemplativas, la autonomía, a la
que se vincula al papel de las federaciones, y la clausura. Todos los
monasterios, excepto en casos especiales, a juicio de la Santa Sede, han
de estar federados y es interesante la posibilidad de que las
federaciones se configuran no sólo sobre una base geográfica, sino más
bien de afinidades de espíritu y tradiciones. Asimismo se espera la
asociación, también jurídica, de los monasterios con la Orden masculina
correspondiente y la formación de Confederaciones y Comisiones
internacionales de varias Órdenes. En cuanto a la clausura, se redefinen
los tres tipos de clausura, ya especificados en Vita Consacrata, es
decir, la clausura Papal, constitucional y monástica, permitiendo a los
monasterios un cuidadoso discernimiento que respete su derecho de
solicitar eventualmente a la Santa Sede abrazar una forma de clausura
diferente de la vigente.
Mons. Rodríguez Carballo concluyó su intervención reiterando que en la Vultum Dei quaerere,
el Papa había tocado todos los ámbitos relativos a la vida
contemplativa. “Con esta constitución apostólica –dijo- tenemos su
pensamiento traducido en directrices claras, que se entregan a la
Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de
Vida Apostólica que ahora tiena la tarea de redactar un nuevo documento
que sustituya al vigente Verbi sponsa y que contiene la
legislación que regulará la formación, la autonomía y la clausura de
los monasterios de vida contemplativa o íntegramente contemplativa”.