miércoles, 20 de julio de 2016

Videomensaje de FRANCISCO a Polonia: "La Jornada Mundial de la Juventud, signo de armonía, mosaico de razas, pueblos y culturas unidos en nombre de Jesús"

CIUDAD DEL VATICANO, 20 de julio de 2016 (VIS).-  El Santo Padre FRANCISCO envió ayer tarde un vídeo mensaje a Polonia, con motivo de la inminente celebración de la XXI Jornada Mundial de la Juventud que brindará al Papa la ocasión de encontrar en Cracovia a los jóvenes de todo el mundo y también a la “querida nación polaca”, todo ello en el signo de la Misericordia de este Año Jubilar, y en la memoria “agradecida y devota de San Juan Pablo II, que fue el artífice  de la JMJ, y fue el guía del pueblo polaco en su reciente camino histórico hacia la libertad”.


El Papa da las gracias a los jóvenes polacos por la preparación de ese evento, “sobre todo con la oración” y ya desde ahora los bendice y abraza, al igual que a los de toda Europa, África, América, Asia y Oceanía así como a  sus países, a sus deseos y a sus pasos hacia Cracovia “para que sean una peregrinación de fe y de fraternidad”, y pide al Señor Jesús que  les conceda la gracia de experimentar en ellos mismos las  palabras: Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.


“Deseo mucho encontrarme con vosotros –prosigue el Pontífice-  para ofrecer al mundo un nuevo signo de  armonía, un mosaico de  rostros diferentes, de tantas razas, lenguas, pueblos y culturas, pero todos unidos en el nombre de Jesús, que es el Rostro de la Misericordia”.


Y dirigiéndose a los hijos e hijas de la nación polaca exclama: “Siento que es un gran don del Señor el estar entre vosotros  porque sois un pueblo  que en su historia ha atravesado tantas  pruebas, algunas muy duras, y ha salido adelante con la fuerza  de la fe, sostenido por la mano materna de la Virgen María. Estoy seguro de que la peregrinación al santuario de Czestochowa será para mí una inmersión en esta fe probada, que me hará mucho bien. Os agradezco  las oraciones con las que estáis preparando mi visita. Doy las gracias a los obispos y sacerdotes, a los religiosos y religiosas, a los fieles laicos, especialmente a las familias, a las que  llevo en espíritu  la  exhortación apostólica Amoris laetitia. La salud” moral y espiritual  de una nación se ve por sus  familias: por eso San Juan Pablo II se interesaba especialmente por  los novios, los jóvenes esposos y las familias. Continuad por este camino”.


“Queridos hermanos y hermanas –concluye -  os envío este mensaje como prueba  de mi afecto. Permanezcamos unidos en la oración. ¡Y nos vemos en Polonia!”.