Nuku’alofa, TONGA (Agencia Fides, 24/03/2018) – Ha pasado más de un mes desde que el ciclón
tropical Gita golpeó el archipiélago de Tonga en la Polinesia, entre el
12 y el 13 de febrero, causando daños y devastación. Según algunas
fuentes, parece ser el más intenso de los últimos sesenta años en el
archipiélago. Casi el 80% de los habitantes de Tongatapu, la isla más
grande del reino, se han visto afectados y más de 4500 casas han sido
destruidas o severamente dañadas. Las líneas eléctricas han quedado
destruidas, varios edificios dañados y los campos de cultivo, vitales
para el sustento de la población, devastados.
La respuesta de Cáritas Tonga en los días posteriores al ciclón a sido
inmediata. La organización ha intervenido rápidamente con la
distribución de vehículos de emergencia y apoyo social para la
reconstrucción de viviendas, así como servicios de apoyo psicosocial a
la población.
El personal y los voluntarios de Cáritas Tonga, en estrecha colaboración
con el Consejo Nacional de la Juventud de Tonga, han distribuido lonas
impermeables, agua, kits para la higiene y la cocina.
En la nota de la organización católica recibida en la Agencia Fides, se
lee que “esta respuesta inmediata refleja los muchos años de formación y
preparación para afrontar los desastres por parte de las agencias de
Cáritas Oceanía, en colaboración con otras organizaciones humanitarias, y
con el apoyo financiero para los suministros pre-contratados por el
Gobierno de Nueva Zelanda”.
La directora de la organización, Amelia Ma'afu, está convencida de que
los suministros proporcionados por Cáritas y otras organizaciones han
asegurado una respuesta rápida. “Hemos podido movilizarnos rápidamente
para distribuir los suministros más necesarios. Muchas personas han
perdido sus hogares y todo lo que había dentro ha quedado dañado o
aniquilado”, se lee en la nota.
Ma'afu también ha destacado cómo la respuesta ante el Ciclón Gita es una
oportunidad para una nueva resurrección de Tonga. “Nadie se quedará sin
ayudas. En el centro del trabajo de Caritas está la dignidad de la
persona humana”, ha dicho.
Para concluir su intervención, ha invitado a Cáritas y a la Iglesia de
todo el mundo a “continuar rezando para que se realice una coordinación
eficaz y la asociación de los actores locales e internacionales permitan
estrategias de respuesta para la recuperación de modo que las personas
puedan volver a levantarse”.