Manaus, BRASIL (Agencia Fides, 28/03/2018) – “Los jóvenes son la clave del cambio. Deben
darse cuenta de que son los líderes de hoy, no los del mañana. Debemos
tener el valor de vivir y testificar el Evangelio de Cristo. Para salvar
a la Madre Tierra y a todos nosotros de la destrucción, los jóvenes
deberíamos estar al tanto de nuestra situación en la Amazonía y luego
podemos marcar la diferencia”. Lo afirma a la Agencia Fides Leah
Casimero, miembro del pueblo wapichan de la Guyana, licenciada en
administración de empresas. Leah, comprometida en un programa regional
de educación bilingüe wapichan-inglés, ha participado en los últimos
días junto a 31 jóvenes líderes de Bolivia, Colombia, Guayana, Ecuador,
Perú, Venezuela y Brasil, en una semana de formación para la promoción
de las culturas y la biodiversidad de la Amazonía.
Coordinado por el sector educativo y la pastoral juvenil de la Red
Eclesial Pan-amazónica (Repam), el seminario “Caminos Amazónicos de
Formación” se ha realizado en el centro archidiocesano Marombà de Manaus
(Brasil). Las lecciones teórico-prácticas, interactivas y dinámicas, a
la luz de la encíclica Laudato Si ', han abordado temas relacionados con
la realidad local, cultural, social y religiosa de la Amazonía. Los
jóvenes han podido aprender más sobre la estructura de la Repam:
expresiones como “Evangelio de la Creación” y “Eco-teología” ahora les
son familiares.
“He visto reafirmarse mi identidad, mi formar parte en todos los
sentidos del bioma amazónico”, ha declarado a la Agencia Fides Deivisson
Souza, un joven ingeniero agrónomo brasileño. “He entendido la
contribución específica que puedo hacer como líder juvenil”, ha
subrayado. “No estoy solo en esta misión. Las relaciones de amistad son
muy fuertes, y se basan en nuestro amor común por la Amazonía y por el
camino de Jesús el Maestro”, concluye.
Omar Alvarado, estudiante colombiano de arquitectura, destaca: “Hemos
llegado a Manaus abatidos por el daño ecológico que vemos en nuestros
países. Compartir nuestras culturas y nuestros caminos de espiritualidad
y acción evangélica nos ha alentado y ha renovado nuestra confianza en
que podemos cambiar el rostro de nuestros respectivos países”.