São Gabriel da Cachoeira, BRASIL (Agencia Fides, 15/03/2018) - Vivir en el interior de la
Amazonia supone enfrentarse a serios desafíos. Uno de ellos es la
dificultad para tener acceso a una educación con las mínimas
condiciones. La educación básica, generalmente se lleva a cabo en las
propias comunidades, donde las escuelas, en la mayoría de los casos, no
tienen los requisitos más elementales. A medida que avanzan los cursos,
los adolescentes y jóvenes son concentrados en comunidades mayores, a
donde no siempre es fácil llegar. Durante muchos años, fueron famosos en
la región del Río Negro, los internados masculinos y femeninos, donde
los salesianos y salesianas ayudaron a un gran número de indígenas a
poder estudiar, muchas veces con excelentes resultados.
Layla Line Garrido Melgueiro es una jóven católica del grupo indígena
baré, vive en la comunidad de São Francisco, municipio de São Gabriel da
Cachoeira, Brasil. Esta comunidad está situada a la orilla del Río
Negro, única vía de comunicación en la región.
Layla tiene 17 años, estudia el último curso de la Enseñanza Media, en
la comunidad de Tabocal dos Pereira, situada a unos 8 kilómetros río
abajo. De lunes a viernes, la joven se desplaza en su pequeña canoa, por
sus propios medios, para poder participar de las clases. Como ella
misma reconoce a la Agencia Fides, “no es fácil estudiar porque no
tenemos escuela en nuestra comunidad, es lejos para estar yendo y
viniendo. Soportamos lluvia, fuerte oleaje, la canoa es pequeña y
corremos el peligro de hundirnos. Es muy difícil estudiar”. Esto
sorprende si tiene en cuenta que, según las leyes brasileñas, una de las
condiciones que deben estar garantizadas es el transporte de los
alumnos.
Como consecuencia, continua explicando Layla “mucha gente deja de
estudiar, por las grandes dificultades, y se quedan por ahí, sin hacer
nada”. Ante esta realidad, se presentan diferentes problemáticas en el
horizonte, como el alcoholismo, una situación cada vez más preocupante
en el mundo indígena, sobre todo para los jóvenes. La Parroquia São
Sebastião de Cucui, diócesis de São Gabriel da Cachoeira, junto con la
Escuela Indígena Baré Napirikury, está estudiando la posibilidad de
construir una residencia para estudiantes, de modo que los jóvenes
puedan continuar sus estudios, ya que esto puede contribuir
decisivamente en el futuro de los pueblos indígenas de la región.
De cara al Sínodo de la Amazonia, que será celebrado en Roma en octubre
de 2019, y en el que se pretenden encontrar nuevos caminos de
evangelización para la Iglesia, es necesario reflexionar sobre los
jóvenes en la Amazonia. Layla Melgueiro, que también es vocacionada de
la Congregación del Inmaculado Corazón de María, reconoce a la Agencia
Fides que “los jóvenes aquí están muy apartados de la Iglesia”. Por eso,
según ella, con relación a los jóvenes de la Amazonía la iglesia “tiene
que realizar un trabajo de animación más atento y dinámico. Es
necesario buscar caminos para que los jóvenes participen de la vida de
la Iglesia” concluye.