Manila, FILIPINAS (Agencia Fides, 14/03/2018) - El gobierno de las Filipinas dirigido por el
Presidente Rodrigo Duterte pretende aprobar en el Parlamento el proyecto
de ley del divorcio antes de Pascua. Como confirma el portavoz del
Senado Pantaleon Alvarez, el 23 de marzo se presentará una versión
definitiva del proyecto de ley para la tercera y última lectura, antes
de la pausa de los trabajos del parlamento con motivo de la Pascua.
El proyecto de ley tiene como título “Acto sobre el divorcio y la
disolución del matrimonio” y complementaría las propuestas presentadas
en los últimos meses por varios legisladores de la cámara baja. La ley
tiene como objetivo proporcionar a las parejas en crisis una forma legal
de poner fin al matrimonio. Según la información de la Agencia Fides,
entre los partidarios de la misma, los parlamentarios Edcel Lagman, el
vicepresidente Pia Cayetano y Emmie de Jesús en estos días están
presionando para promover la aprobación de esta normativa. “El
matrimonio, aunque sea proclamado por la Iglesia como una institución
inviolable, puede terminar. En algunos casos, podría colapsar y
marchitarse debido a las fragilidades humanas”, ha afirmado Lagman.
“Algunos matrimonios ya están irreparablemente destrozados, aunque el
estado se esfuerce por proteger y preservar el matrimonio”, ha afirmado.
Según una encuesta reciente, el 53% de los encuestados apoya una ley que
legalice el divorcio, mientras el 32% se muestra contrario y el 15% aún
está indeciso.
La Iglesia filipina, en este momento, muestra una fuerte oposición al
proyecto de ley. Las asociaciones y movimientos de laicos católicos han
firmado una carta conjunta recordando que “la Constitución de Filipinas
reconoce el matrimonio como una institución social inviolable, que es la
base de la familia y debe ser protegida por el Estado”.
“De hecho, la Constitución filipina se presenta universalmente como una
Constitución pro familia”, comentan a la Agencia Fides Oca Oblefias,
Ansel Beluso y Xavier Padilla de la asociación “Couples for Christ”.
“El matrimonio es un Sacramento, que aporta a las parejas virtud y
felicidad. En las pruebas y dificultades acompañamos a parejas y
familias hacia la reconciliación y la curación”, dicen, recordando que
“los niños en particular merecen un hogar donde reine el amor, la
lealtad y el perdón”. Guillermo y Zenaida Mallillin, católicos de la
asociación “Servants for Family Empowerment” comentan: “La ciencia y la
experiencia humana nos dicen que el matrimonio es bueno para la
sociedad, que contribuye a crear una sociedad mejor, compasiva, estable y
dinámica. El objetivo del bien común de nuestra Constitución nos pide
todo esto”.