Managua, NICARAGUA (Agencia Fides, 16/03/2018) - "El Estado no debe controlar ni censurar las
redes sociales pues terminará limitando la libertad de expresión;
tampoco debe erigirse como árbitro moral de las personas pues terminará
imponiéndose sobre ellas por la fuerza": con estas palabras enviadas a
la Agencia Fides , Mons. Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua,
señala el grave peligro que se le presenta a la sociedad nicaragüense.
La intervención de Mons. Baéz, seguida de la de otros obispos, fue una
de las primeras reacciones públicas después de que Rosario Murillo,
vicepresidenta y esposa del presidente Daniel Ortega, apareciera en la
cadena de televisión nacional para anunciar que se estaba consultando
con el presidente de la Asamblea Nacional para "revisar el uso de las
redes sociales" en el país centroamericano. Murillo, quien es un
poderoso primer ministro, dijo que las redes sociales están "afectando
negativamente a los nicaragüenses" e incluso influyendo en la "capacidad
de convivencia" de las familias del país. Según los observadores, el
gobierno está estudiando formas de censurar las críticas que aparecen
todos los días a través de las redes sociales.
En la situación actual, en un país donde cualquier manifestación contra
el ejecutivo actual es detenida con violencia por la policía, donde los
críticos son silenciados y algunos periodistas son perseguidos, el
anuncio de Murillo se ha tomado muy en serio, generando una ola de
indignación en las redes sociales que podrían convertirse en víctimas de
la censura: Facebook, Twitter y YouTube. "Si este proyecto se realiza,
se afirma, será el signo inequívoco de que esta autocracia se parece
cada vez más a una dictadura".
Mons. Rolando Álvarez, responsable de las comunicaciones sociales de la
Conferencia Episcopal de Nicaragua, cree que una ley que limita la
libertad de la población y la libertad de expresión, incluso en la web,
es contraproducente: "No se debe limitar la libertad de nadie: en Las
redes sociales, como en cualquier muto de las calles, las personas
pueden escribir y expresar su opinión, por supuesto debemos estigmatizar
la falta de respeto u ofensas a la dignidad de la persona, pero no por
esto podemos limitar la libertad de las personas", dijo el obispo.
La posición de la Iglesia Católica en este sentido es muy clara, y
Monseñor Baéz recordó la doctrina católica citando el documento
publicado por el entonces Pontificio Consejo para las Comunicaciones
Sociales "Ética en Internet" (2002) y declarando: "Deploramos los
intentos de las autoridades públicas para bloquear el acceso a la
información, en Internet o en otras redes sociales, impidiendo la
libertad legítima de expresión y opinión ".