Kolowaré, TOGO (Agencia Fides, 2603/2018) – Las tensiones y el descontento no se disipan
en el país debido a la reticencia del presidente Faure Gnassingbé a
dejar el poder.
La lucha del pueblo togolés es compleja, los togoleses por naturaleza,
no son violentos. Esto explica la longevidad de esta sangrienta tiranía.
Las comunidades cristianas y la Iglesia en el país siguen trabajando y
comprometiéndose con espíritu de oración y con acciones de solidaridad
en favor de la población más vulnerable.
“Cuantas veces hemos deseado que las condiciones de nuestro pueblo,
marcado por la calamidad, la servidumbre, la miseria, la muerte, se
transformase en vida, una vida no solo celebrada, sino también una vida
que lucha contra el odio, la violencia, la guerra, la muerte” escribe a
Fides desde Togo, el padre Silvano Galli, sacerdote de la Sociedad de
Misiones Africanas.
“Hoy comenzamos la Gran Semana dominada por el misterio del sufrimiento,
la muerte y la resurrección de Jesús, el Hijo de Dios”, continúa el
misionero, comentando el largo período de incertidumbre que vive el
país, con la consiguiente inestabilidad y las repercusiones que sufre la
población.
“Entre las diversas iniciativas llevadas a cabo durante la Cuaresma, la
comunidad de Kolowaré, de la que soy párroco, para luchar contra estos
gérmenes de muerte y transformarlos en semillas de vida no ha empleado
gestos llamativos, sino que se ha centrado en acciones humildes,
concretas, eficaces y útiles” destaca el padre Silvano. “Es a través de
estos pequeños gestos hacia los más necesitados que se construye una
maravillosa obra, en la que queda representado el verdadero rostro de
Dios” concluye el sacerdote.