CIUDAD DE MÉXICO (Agencia Fides, 20/03/2018) – “Participar en la vida cívica y
política de nuestras comunidades es una obligación ciudadana y cristiana
que no podemos ni debemos obviar. Sólo participando podemos transformar
positivamente nuestra nación, en fidelidad a sus orígenes y a su
destino histórico ”. Con esta exhortación inicia el mensaje “a los
queridos hermanos y hermanas de la Iglesia que peregrina en México” de
los obispos, con motivo de las elecciones del 2018, publicado con fecha
del 19 de marzo. El próximo 1 de julio será elegido el nuevo Presidente
de la República y se renovarán el Parlamento federal, 9 gobernadores,
numerosos Diputados locales y más de 1.000 alcaldes , por un total
de más de 3 mil cargos públicos.
Recordando que este año, para las elecciones, 90 millones de mexicanos,
mayores de 18 años, podrán emitir su voto de manera libre y secreta, los
obispos recuerdan “algunos elementos que ayudan al discernimiento
personal y comunitario que cada fiel cristiano está llamado a hacer para
cumplir con la obligación moral de elegir a sus gobernantes y
legisladores ”.
En el texto, recibido en la Agencia Fides, los obispos reiteran que “la
fe cristiana trasciende las propuestas políticas concretas y deja en
libertad a los fieles, para que elijan en conciencia de acuerdo a los
principios y valores que han descubierto en la experiencia de la fe”. En
el núcleo central de nuestra fe está Jesucristo, que nos revela
verdades fundamentales que ayudan a que la vida de todos sea más digna y
libre: “el respeto que merecen las personas desde el momento de la
fecundación y hasta la muerte natural; la importancia del matrimonio
heterosexual y monogámico; la vigencia de la más plena libertad para
vivir de manera individual y asociada de acuerdo a nuestras opciones en
conciencia en materia religiosa; la centralidad ética y social que
poseen los más pobres y excluidos de nuestras sociedades, etcétera”.
Luego los obispos invitan a un “discernimiento crítico” que en la
sociedad actual permita escoger, según nuestra conciencia, “aquellos que
puedan realizar de forma real y auténtica el bien común”, por lo que
exhortan a todos los cristianos y las personas de buena voluntad a
participar, ya que cuantos “más ciudadanos participen organizadamente en
las elecciones, más posibilidades habrá de que nuestra sociedad madure y
sea corresponsable en la gestión del bien común”.
El texto, firmado por el Card. José Francisco Robles Ortega, Arzobispo
de Guadalajara, y por Mons. Alfonso Miranda Guardiola, obispo auxiliar
de Monterrey, respectivamente Presidente y Secretario general de la
Conferencia Episcopal Mexicana, ofrece también algunas indicaciones
prácticas, la primera de todas la oración en familia y en comunidad,
“para que la próxima jornada electoral se realice, en paz y armonía” y
sea una ocasión para que desde la fe todos puedan comprometerse por la
población mexicana “que hoy se encuentra, en diversas regiones y en
difíciles circunstancias, sufriendo”. Por lo que hay que evitar a toda
costa elegir en base al “mal menor” buscando en lugar de eso el “bien
posible” , que significa “impulsar lo que aporte al bien común, a la
paz, a la seguridad, a la justicia, al respeto a los derechos humanos,
al desarrollo humano integral y a la solidaridad real con los más pobres
y excluidos”.
En todos los partidos se puede encontrar personas comprometidas con el
bien común , “ Por ello, es necesario discernir por quién votar”. “El
voto de los mexicanos, debe producir Gobernantes y autoridades
responsables; y generar una opinión cívica crítica” continúan los
obispos, subrayando que “nuestro voto exige el sano control sobre
nuestros políticos: en su remuneración y gratificaciones, en los gastos
de partidos y publicidad, en los proyectos y obras públicas, en el
control de la corrupción, la ilegalidad y la eliminación de
arbitrariedades”.
En la parte final del mensaje, se reitera que “solo la presencia
participativa de manera constante y solidaria en la vida de nuestro
país, destierra gradualmente la violencia, la corrupción, la impunidad y
las complicidades. Es tiempo de que los católicos, acompañados de todos
los hombres y mujeres de buena voluntad, trabajemos con compromiso por
un México más próspero y pacífico, más solidario y participativo, más
atento al rostro de los más pobres y menos cómplice de quienes los
olvidan, los manipulan o los marginan”.
Por último los obispos se encomiendan a la intercesión de Santa María de
Guadalupe, para que preserve la paz en México, de buenos gobernantes y
permita descubrir los caminos de justicia, reconciliación y esperanza.