Kabul, AFGANISTÁN (Agencia Fides, 26/03/2018) – "En los últimos tiempos ha habido algunas
señales positivas: a mediados de febrero, los talibanes declararon estar
preparados para negociar con los Estados Unidos; a fines de ese mismo
mes, Ashraf Ghani, presidente de Afganistán, propuso un acuerdo de paz
con los talibanes. Evidentemente ambas partes saben que no pueden
prevalecer, por lo que se han dado cuenta de que es el momento de llegar
a un acuerdo". Estas son las palabras llenas de esperanza, que el padre
Giovanni Scalese, misionero Barnabita, director de la Missio sui iuris
en Afganistán, ha enviado a la Agencia Fides.
El pasado 12 de marzo - recuerda el p. Scalese -, se cumplieron los
6.000 días de guerra en Afganistán, considerando octubre del 2001 como
la fecha de inicio del conflicto: "Si contamos los años anteriores, nos
damos cuenta de que Afganistán está en guerra desde 1978. Desde
entonces, no ha visto nunca la paz, solo ha conocido una guerra de
cuarenta años".
La situación en el país centro asiático es preocupante. Un informe
publicado hace unos días por la Unión Europea, la FAO y el Programa
Mundial de Alimentos, coloca a Afganistán entre los 51 países afectados
por la inseguridad alimentaria en 2017, e indica que la guerra es el
principal factor de la crisis.
Por otro lado, el 21 de marzo, un nuevo ataque kamikaze en un santuario
chiíta, en el oeste de Kabul, causó 26 muertos y 18 heridos. "Este
último período ha sido muy difícil; solo hay que pensar por ejemplo la
'semana negra' a finales del mes de enero: el primer asalto al
Intercontinental Hotel en Kabul, el ataque a la sede de 'Save the
Children' en Jalalabad, y también el atentado de la ambulancia en la
capital. Parece que la situación está llegando a su culmen, pero los
pasos recientes en búsqueda de diálogo son positivos", expresa el
Barnabita.
"Solo con la paz – continúa el p. Scalese - se pueden aprovechar las
grandes oportunidades, como la explotación de los recursos naturales,
que podría ser mucho más beneficiosa que los negocios criminales del
opio. Quizás el interés económico podría tener éxito donde las armas, la
política y la diplomacia han fracasado".
Mientras tanto, en Tashkent, Uzbekistán, los días 26 y 27 de marzo de
2018, se celebrará una conferencia internacional de alto nivel dedicada a
Afganistán, sobre el tema "Proceso de paz, cooperación en el campo de
la seguridad e interacción regional", por iniciativa del presidente
Uzbek Shavkat Mirziyoyev y Ashraf Ghani.
"Con el primer día de la primavera ha comenzado el año 1397 en
Afganistán. Esta es la estación del año en que la naturaleza se
despierta tras el invierno: ¡esperemos que pueda ser de buen augurio
para el renacimiento de esta tierra! Y también que nuestros hermanos
musulmanes puedan beneficiarse de la vida que emana de Jesús
resucitado", concluye el Barnabita.
En Afganistán, donde el Islam es la religión del Estado, la presencia
católica fue admitida a inicios del Novecientos como una simple
asistencia espiritual diplomática, pero posteriormente fue elevada a
Misión sui iuris, en el año 2002, por Juan Pablo II. Hoy en día, la
misión sigue dentro de la estructura diplomática y está encomendada al
padre Barnabita Giovanni Scalese. En la capital afgana también están
presentes las hermanas de la Madre Teresa de Calcuta y la Asociación
intercongregacional “Pro niños de Kabul”.