Bogotá, COLOMBIA (Agencia Fides, 25/10/2018) – "La movilidad humana debe ser considerada un derecho fundamental, razón
por la cual rechazamos cualquier forma de criminalización y violencia
contra las personas que emigran”. Esta es la declaración abre el
documento distribuido por las organizaciones de la Iglesia católica de
América Latina y el Caribe, reunidas en el "Red Clamor", que se ocupa de
la migración, los refugiados y la trata de personas, a propósito de la
situación de la caravana de hondureños y otros migrantes
centroamericanos a los Estados Unidos.
El texto recuerda que la mayoría de estas personas abandonan situaciones
de pobreza, exclusión, desencanto social, creciente inseguridad y
desconfianza en las instituciones, enfrentándose durante el viaje a
duras situaciones que "atentan contra sus derechos fundamentales y, no
pocas veces, su vida".
Por esta razón, las organizaciones de la Red Clamor presentan una serie
de solicitudes a los gobiernos de los países que atraviesa la caravana,
entre ellos Estados Unidos: respetar la integridad física, emocional y
psicológica de las personas que emigran; tener en cuenta su
individualidad; promover iniciativas para proteger sus derechos y
defenderlos de cualquier forma de violencia, abuso o explotación;
garantizar una migración "segura y ordenada", para que todos puedan
ejercer su derecho a la migración, tal y como se establece en los
tratados internacionales; garantizar los servicios de salud y seguridad
en las carreteras recorridas por los emigrantes y prestar especial
atención a la protección de los derechos de los niños, niñas y
adolescentes en la caravana".
También hacen un llamado al presidente de México, Enrique Peña Nieto,
para que garantice que los miembros de la caravana "no sean víctimas de
malos tratos, violencia y criminalización"; y a la población de los
países atravesados, para que muestren hospitalidad y solidaridad, y
eviten cualquier forma de discriminación.
Los firmantes del documento apoyan las solicitudes presentadas por
diversas organizaciones a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) "para asignar medidas cautelares a favor de las personas y
familias que conforman la caravana de migrantes centroamericanos y de
las personas que los asisten en su recorrido". Agradecen, además, a las
comunidades parroquiales, a los religiosos y las religiosas, a Caritas,
que han ido al encuentro de los hermanos y hermanas de la caravana,
"prestando atención humanitaria, a través de diferentes formas de
solidaridad".
Lanzan un apelo a quienes viven en las comunidades que se encuentran en
el trayecto de la ruta de la caravana, para que se pongan en contacto
con las Casas del Migrante, que son más de 80 en México, o con las
parroquias, ofreciendo "su tiempo, sus manos, sus capacidades, su deseo
de construir una migración más humana o de encontrarse con el Señor
Jesús, presente en cada hermano y hermana que emigra". Finalmente,
extienden una invitación "a todos los hombres y mujeres de buena
voluntad, especialmente a los cristianos, a la solidaridad activa y a la
oración por nuestros hermanos y hermanas migrantes".