Roma, ITALIA (Agencia Fides, 20/12/2019) – “En Asia, las grandes transformaciones sociales,
antropológicas, culturales y tecnológicas generan, en algunos casos,
sociedades post-humanas. Junto a este fenómeno, existe el de las
personas que viven en condiciones infrahumanas. Mientras tanto,
fenómenos como el nacionalismo religioso o la intolerancia religiosa, ya
mencionados en el documento post-sinodal 'Ecclesia in Asia' hace veinte
años, continúan creciendo. En este marco, la Iglesia Católica anuncia
el Evangelio a la gente de hoy y ejerce su misión profética". Así lo
explica el carmelita indio p. Benedict Kanakappally OCD, vicerrector de
la Universidad Pontificia Urbaniana, en el contexto del congreso
“Transforming Asia", celebrado los días 18 y 19 de diciembre en Roma,
organizado conjuntamente por la Pontificia Facultad de Teología S.
Bonaventura-Seraphicum, la Pontificia Universidad Urbaniana y la
Pontificia Unión Misionera. “Nos hemos preguntado cómo y
si es posible contribuir a transformar y renovar la obra misionera en el
contexto del vasto y plural continente asiático. Asia tiene sed de
Cristo, se dicjo en ‘Ecclesia in Asia’.
Veinte años después de ese
documento, las comunidades cristianas en Asia pueden reflexionar y
evaluar la obra de evangelización y cómo es necesario transformar
también la misión de la Iglesia", ha dicho el vicerrector.
Luego el prof. Dinh Anh Nhue Nguyen OFMConv, Presidente de la Pontificia
Facultad de Teología S. Bonaventura y Director del Instituto
Franciscano de estudios teológicos asiáticos comenta a la Agencia Fides:
“El continente asiático es una realidad diversificada y compleja, en
todos sus aspectos y sus dinámicas, en diferentes contextos regionales y
nacionales. La Iglesia con el Sínodo y con la ‘Ecclesia in Asia’ ha
realizado un trabajo de reflexión sobre su presencia de fe en ese
continente. Hoy nos preguntamos si ‘Ecclesia in Asia’ es relevante y
cuáles son los nuevos desafíos a los que se enfrenta la misión de la
Iglesia en Asia hoy. Creemos que debemos comenzar desde la Biblia, desde
la centralidad de la Palabra de Dios, vivida, celebrada y anunciada”.
“El desafío irrenunciable - continúa el p. Anh Nhue - es el anuncio del
Evangelio, al que siguen otros desafíos como la inculturación, la
teología misionera, la adaptación de la pastoral ordinaria,
dependiendo de los contextos. Este anuncio se hace carne en el
testimonio de la vida, en las obras sociales, en la proximidad de cada
hombre. Estas actividades no son prerrogativa solo de la Iglesia, sino
que los cristianos las llevan a cabo por amor a Jesucristo, y esto hace
la diferencia. Es importante decirlo siempre con claridad, dando razón
de nuestra esperanza, sin temor a ofender las culturas o las otras
religiones, redescubriendo la profunda razón de nuestro ser y nuestro
obrar”.
El decano concluye: "La proclamación del Evangelio en Asia también pasa
por el diálogo, y es una misión muy delicada. No hay que tener miedo al
diálogo, sino solo evitar los dos extremos: el primero es evitar el
diálogo para no comprometerse; el segundo extremo es llevar a cabo una
especie de autocensura de la propia identidad cristiana, para dialogar.
En Asia, los cristianos todavía se reconocen facilmente en las
sociedades asiáticas: hoy sentimos la necesidad de renovar y repensar la
misión, sobre todo ante los nuevos desafíos".