Baghdad, IRAK (Agencia Fides, 18/12/2019) - Este año, en Irak, la Navidad llega en medio
de "circunstancias muy dolorosas”, dado que "las heridas del Estado
Islámico aún no se han curado", y en el país la violencia, la pobreza y
el desempleo han empujado a miles de personas, especialmente a los
jóvenes, a manifestarse pacíficamente, pidiendo el derecho a vivir con
dignidad y libertad en una patria estable, segura, fuerte e
independiente”. En esta situación, "Jesucristo nace entre nosotros
cuando el amor y la misericordia llenan nuestros corazones; cuando
elegimos la fraternidad y la compasión y nos negamos a complacer al mal,
entonces tendremos la alegría de la paz”. Lo ha escrito el Patriarca
caldeo Louis Raphael Sako en su mensaje de Navidad difundido a través de
los canales oficiales del Patriarcado.
En el mensaje, el cardenal primado de la Iglesia caldea pide que el
anuncio de la Navidad entre en nuestra vida cotidiana, dado que el
nacimiento de Jesús representa para todos el anuncio de una vida feliz.
Refiriéndose a la enésima fase problemática por la que atraviesa el
país, el Patriarca Sako repite que en Irak las expectativas expresadas
en las manifestaciones masivas se siguen traicionando desde el 2003, año
en que el fin del régimen de Saddam Hussein fue presentado como una
oportunidad para un nuevo comienzo de la historia nacional. En cambio,
los ataques, conflictos y masacres han continuado, y parece que "los
iraquíes no consiguen encontrar el modo de poner al país en el camino
correcto, eliminando el sectarismo, la corrupción, el enriquecimiento
ilegal y la injusta apropiación de bienes públicos y privados".
En una condición tan desolada, y señalando que "nadie sabe a dónde irá a
aprar Iraq”, el Patriarca invita a los políticos y funcionarios de
seguridad a “escuchar la voz de su pueblo en esta tierra bendita de
Abraham. La voz de los que han sido asesinados y de los que todavía
están sujetos a la injusticia, la miseria y la humillación". Además, el
Patriarca pide "evitar soluciones militares" a la crisis, exconjurando
una opción que provocaría una mayor escalada de muertes y heridos.
El Mensaje del Patriarca también pide a los bautizados que muestren
proximidad a todos los iraquíes, "cristianos, musulmanes y todos los
demás", tanto desde el punto de vista espiritual como en forma de ayuda
caritativa y humanitaria, "respondiendo a sus necesidades con especial
cuidado, siguiendo el ejemplo de Jesucristo”. En última instancia,
recuerda al Patriarca caldeo "Dios nos considerará responsables del amor
y servicio que ofrecemos a los demás".