Jerusalén, TIERRA SANTA (Agencia Fides, 26/03/2020) - Como parte de las medidas adoptadas para
contrarrestar el contagio de la epidemia de coronavirus, las autoridades
israelíes han ordenado este miércoles 25 de marzo entre otras cosas, el
cierre de la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén. La decisión de
cerrar el lugar de culto cristiano, dispuesto por el momento durante una
semana, ha sido comunicado durante una reunión entre representantes de
la policía israelí y representantes de las Iglesias que comparten la
gestión del Santo Sepulcro. Durante el cierre, las comunidades que
tradicionalmente residen dentro de la Basílica – donde permanecen
incluso de noche -, continuarán celebrando las liturgias que marcan la
jornada en el lugar de culto, y se asegurarán de que "las oraciones
dentro de la basílica" continúen "con mayor intensidad”. “Rezaremos para
pedir al Padre Celestial que ponga fin a la pandemia, por la curación
de los enfermos, por la protección de los
trabajadores de la salud, por la sabiduría de los pastores y
gobernantes, por la salvación de los que han perdido la vida".
Así lo aseguran, en un comunicado publicado el jueves 26 de marzo, el
Custodio de Tierra Santa, padre Francesco Patton, y los dos patriarcas
de Jerusalén, el greco ortodoxo Theofilos III y el armenio apostólico
Nourhan Manougian, que guían a los tres grupos eclesiales responsables
de la gestión compartida del Santo Sepulcro, según las reglas
codificadas del llamado "Status Quo".
En el mismo comunicado de prensa, se advierte que las celebraciones
"continuarán regularmente", aunque para evitar el riesgo de propagar de
la infección, el número de participantes en cada rito individual "se
limitará a unas pocas personas", autorizadas para ingresar a la basílica
solo durante las liturgias.
En Israel hay más de dos mil contagiados y ya se han dado algunas
muertes por coronavirus, mientras que miles de personas se encuentran en
confinamiento aislados.
El pasado 21 de marzo, en un comunicado conjunto precedente, los mismos
jefes de las realidades eclesiales que comparten la gestión del Santo
Sepulcro, confirmaron su intención de proteger el tesoro del flujo
ininterrumpido de oraciones que se elevan al cielo desde la Basílica de
Jerusalén, "también en estos tristes momentos en que los peregrinos no
pueden llegar a Jerusalén y los fieles locales se ven obligados a
quedarse en sus hogares".