Roma,ITALIA (Agencia Fides) – La actual emergencia sanitaria en todo el planeta
del COVID-19, «que no conoce fronteras», hace más urgente que nunca un
«alto al fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo». Así
lo ha pedido el Papa Francisco en particular a los responsables de las
naciones y de las partes involucradas en los conflictos en todo el
mundo, al terminar el Ángelus de este domingo 29 de marzo recitado desde
la Biblioteca del Palacio apostólico vaticano.
El obispo de Roma ha hecho eco del llamamiento lanzado en los últimos
días por el Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), António
Guterres, invitando a todos «al cese de toda forma de hostilidades
bélicas, fomentando la creación de corredores para la ayuda humanitaria,
la apertura a la diplomacia, la atención a quienes se encuentran en
situaciones de más grande vulnerabilidad. Que nuestro compromiso
conjunto contra la pandemia» ha invocado el Papa «pueda llevar a todos a
reconocer nuestra necesidad de fortalecer los lazos fraternales como
miembros de una única familia», y a tomar conciencia de que «¡los
conflictos no se resuelven a través de la guerra!», y «es necesario
superar los antagonismos y contrastes, mediante del diálogo y la
búsqueda constructiva de la paz».
Según el padre Qaisar Feroz, Director de la Oficina de Comunicaciones de
la Conferencia Episcopal de Pakistán, el apoyo del Papa Francisco al
llamamiento de las Naciones Unidas por un alto el fuego global
representa la «respuesta compasiva» más adecuada al momento actual, y la
guerra contra el coronavirus también debería cancelar «todas las
guerras políticas; guerras frías, guerras biológicas, guerras
económicas. Este es un momento para salvar a la humanidad, y espero que
todos los partidos de oposición, incluidos todos los grupos islámicos,
también respeten y apoyen el llamamiento de las Naciones Unidas para un
alto el fuego global en Pakistán siguiendo las medidas necesarias
tomadas por el Gobierno de Pakistán, y teniendo en cuenta que más del
25% de la población vive por debajo del umbral de pobreza».
El jesuita Cedric Prakash, del Centro "Prashant" y Ahmedabad (India),
espera que el llamamiento relanzado por el Papa Francisco no sea
ignorado por los líderes mundiales y también por los «señores de la
guerra y aquellos que controlan la industria de las armas». El alto el
fuego implorado por el Papa Francisco - declara a la Agencia Fides el
padre Cedric Prakash -, es «lo más sabio que hacer en este momento»,
para garantizar que «todas las hostilidades en todas partes cesen de
inmediato y sin condiciones, y que todos los hombres y mujeres se unan
en un espíritu de unidad, armonía y tolerancia, tratando de vencer al
Covid 19 de una vez por todas».
En los últimos días, el llamamiento de António Guterres ha recogido
adhesiones entre las partes involucradas en diferentes escenarios de
guerra en todo el mundo. En Siria, las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF)
han dicho que están dispuestas a suspender cualquier acción militar en
el noreste del país. En Yemen, devastado por cinco años de guerra, el
enviado de la ONU Martin Griffith ha anunciado «respuestas positivas»
tanto de los rebeldes hutíes como de las fuerzas gubernamentales con
respecto a una «tregua humanitaria» para combatir mejor el peligro de la
pandemia.
En África, los líderes de una de las principales milicias separatistas
que operan en Camerún (SOCADEF, Fuerzas de Defensa del Sur de Camerún)
han dado su disponibilidad a un alto el fuego de dos semanas, del 29 de
marzo al 12 de abril, para favorecer las iniciativas de prevención
contra la pandemia. El Partido Comunista de Filipinas también ha
comunicado su adhesión al llamamiento de Guterres, junto con el gobierno
de Manila.