Sao Paulo, BRASIL (Agencia Fides, 28/03/2020) – “Pedimos a todos los gobiernos de América
Latina y el Caribe, como algunos ya lo están haciendo de manera muy
eficaz, que adopten de manera responsable y decisiva las medidas
necesarias para proteger la vida de todas las personas, principalmente
de las más vulnerables, y realizar el máximo esfuerzo para combatir esta
pandemia que afecta a la salud pública mundial”. Este es el llamamiento
lanzado por “Alianza Interreligiosa por la Agenda 2030”, que forma
parte del Consejo Episcopal Latinoamericano, emitido por Prensa Celam.
El texto reconoce "los notables gestos de solidaridad entre los
gobiernos de la región" y los alienta "a reforzar las organizaciones
regionales para hacer frente a los desafíos de esta pandemia en el mejor
modo posible y de forma decisiva", con la esperanza "de que la
comunidad científica encuentre pronto los medicamentos necesarios contra
el virus". Por lo tanto, piden que se refuercen los esfuerzos
multilaterales de las Naciones Unidas "para hacer frente a esta crisis
con solidaridad global, superando la tentación de caer en aislamientos
nacionalistas".
La Alianza Interreligiosa por la Agenda 2030 nació en 2014 con el
objetivo de coordinar el compromiso de las comunidades y organizaciones
religiosas en América Latina y el Caribe, para abordar temas como la
justicia, la paz, la integridad de la creación, la discriminación, la
exclusión, la pobreza, en vista del logro de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible indicados por las Naciones Unidas.
En su mensaje, enviado a Fides, Alianza reconoce en este momento de
pandemia, los considerables esfuerzos del personal médico y paramédico,
de la policía, de los voluntarios y de las organizaciones solidarias
"que se ocupan en particular de las poblaciones más vulnerables, como
familias en extrema pobreza, ancianos, indígenas y migrantes". Por ello,
piden "a los gobiernos de la región que garanticen la seguridad
alimentaria y económica de estas poblaciones, que preserven los derechos
sociales, especialmente los derechos laborales", para que la crisis
económica, agravada por la pandemia, no tenga más repercusiones graves
en las personas en condiciones de pobreza extrema.
"No hay duda de que este es el momento en que debemos poner en práctica
nuestros valores de responsabilidad, hermandad y solidaridad", escriben
en la parte final, y en este mismo sentido debemos prepararnos para
responder a posibles escenarios después de la pandemia, para asegurar
medios de vida a las poblaciones más vulnerables y más pobres, debido a
las medidas de contención del virus.
El comunicado termina invitando a promover un día de oración común, en
las diversas comunidades de fe, para pedir a Dios Todopoderoso que ponga
fin a este mal y nos fortalezca "en nuestro compromiso de continuar
haciendo con solidaridad y compromiso a la lucha contra esta pandemia,
por la vida plena de la humanidad en esta casa común".