Kara, TOGO (Agencia Fides, 31/03/2020) – Después del estallido de la crisis de salud
debido a COVID-19, los gobiernos de muchos países africanos han tomado
medidas drásticas, con el cierre de estructuras y el aislamiento. Por
otro lado, las conferencias episcopales africanas han ordenado el cierre
de las iglesias y la suspensión de los sacramentos. En África, muchos
cristianos católicos se sienten desconcertados en esta nueva realidad y
especialmente en esta dinámica de comunión espiritual: “Es un nuevo
viaje difícil de vivir, una 'intrusión' de este virus, en el mundo de
los cristianos católicos que tienen que enfrentarse a su nueva realidad a
la que es difícil adaptarse", explica el p. Donald Zagore, teólogo
marfileño de la Sociedad para las Misiones Africanas.
“Hay quienes intentan construir una iglesia doméstica, organizando la
oración familiar con sus propios medios; quienes sufren porque no pueden
orar en familia, demasiados acostumbrados y demasiado apegados a los
servicios pastorales ofrecidos por la Iglesia", subraya el p. Zagore.
“Hoy es realmente difícil para los fieles africanos concebir una fe sin
una iglesia, sin sacramentos y sobre todo sin sacerdotes. Si hasta ahora
han sido guiados por estructuras bien establecidas como la Iglesia, la
jerarquía, los sacramentos, hoy deben encontrar una manera de hacerlo
por su cuenta. Por ello, esta emergencia también representa una
oportunidad para el crecimiento de nuestros cristianos y para una mayor
responsabilidad de su fe. Estoy seguro de que la Iglesia africana debido
a esta crisis de salud se fortalecerá con cristianos católicos más
fuertes", concluye el misionero.