Yangon, MYANMAR (Agencia Fides, 18/04/2020) - En el último mes, más de 50 civiles han sido
asesinados en los conflictos entre los autonomistas y el Estado central
en varias regiones de Myanmar, especialmente en los estados federados de
Chin y Rakhine. En Chin, al menos 29 personas han pagado con sus vidas
las actuaciones de la guerrilla o de los militares que han golpeado dos
veces el municipio de Paletwa (distrito de Matupi) donde, en abril, el
pueblo cristiano de Nanchaungwa ha sido blanco de la aviación de
"Tatmadaw", como se conoce al ejército de Myanmar. El número de víctimas
de las incursiones del 7 de abril es de 7 muertos y 8 heridos, pero el
área ya había sido golpeada el fin de semana del 14 al 15 de marzo,
cuando al menos 21 habitantes murieron después de que los combatientes
del ejército abrieran fuego en las cuatro aldeas habitadas
principalmente por cristianos, también en el distrito de Paletwa,
causaron decenas de heridos y la huida de unos 2 mil residentes a una
ciudad cercana.
Si la guerra no hace distinción de creencias, el hecho es que, en muchas
áreas de Myanmar, los cristianos, y entre ellos los católicos, pagan un
alto precio en áreas donde la presencia de la Iglesia Católica está muy
arraigada. A los efectos de la guerra también se suman los de la
expansión del Covid-19 que solo en casos raros ha atenuado las acciones
militares. También el alto el fuego que se había mantenido durante ocho
años entre el ejército de Myanmar y la Unión Nacional de Karen terminó
en febrero con bombardeos de artillería en las aldeas de la población de
Karen (también con una mayoría cristiana), seguido de un éxodo masivo
de desplazados.
El 17 de abril en Ginebra, el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos
de la ONU, Rupert Colville, dijo que las operaciones militares de
Myanmar han provocado "al menos 32 muertos y 71 heridos desde el 23 de
marzo, en su mayoría mujeres y niños, y también han destruido y quemado
escuelas y casas".
Según fuentes birmanas, los enfrentamientos armados están afectando a
los estados de Rakhine, Chin, Karen y Northern Shan, áreas donde la
presencia de minorías cristianas, musulmanas e hindúes es mayor. En
particular, el cristianismo - segunda religión del país después del
budismo -, es practicado principalmente por los Chin, Khacin, Karen,
Shan y Eurasia y está muy presente, especialmente entre los Chin, lo que
hace que su estado federado sea el único en Myanmar con mayoría
cristiana. Los católicos se estiman en alrededor de 750 mil (alrededor
del 1.5% de la población), especialmente entre las minorías Karen, Chin,
Kachin y Shan.
Por su parte, la comunidad budista ha dado señal de compromiso con el
objetivo de "trabajar de la mano sobre la base de una plataforma común
para hacer frente al Covid-19 y llevar a cabo actividades de caridad a
través de la solidaridad", como ha declarado el monje Sitagu Sayadaw.
Los budistas, de hecho, han donado 10 mil dólares al Fondo de Emergencia
contra el virus, establecido por el Papa Francisco, entregado al
Arzobispo Marco Tin Win de la Arquidiócesis de Mandalay. El alto
exponente del budismo también ha ofrecido suministros de alimentos a los
orfanatos administrados por la arquidiócesis de Mandalay. El monje
también ha dicho que la contribución pretende ser "un signo de
compasión", una virtud común a todas las religiones: budismo,
cristianismo, islam e hinduismo.