Yaundé, CAMERÚN (Agencia Fides, 27/04/2020) - Mascarillas con mil colores para proteger a los
sectores más desfavorecidos de la población del contagio por
coronavirus. La iniciativa ha sido lanzada por los frailes capuchinos de
Camerún, una de las naciones africanas más afectadas por el Covid-19.
En el país, la infección se está propagando muy rápidamente. Según los
datos del sitio de monitoreo de la Universidad John Hopkins, a
principios de abril, los contagios eran 509, en veinte días superaron
los mil con 42 muertes.
Ante la epidemia, el gobierno de Yaundé, como la mayoría de los países
africanos, ha cerrado sus fronteras y suspendido todas las actividades
académicas. Sin embargo, a diferencia de otros países, no ha impuesto
una cuarentena estricta y un toque de queda nocturno.
“Nuestra estrategia de búsqueda activa de casos está comenzando a dar
sus frutos”, dijo el primer ministro Dion Nguthe. "Hicimos 800 pruebas
(la mayoría viajeros) y más de 200 resultaron positivas pero
asintomáticos. Decidimos dejarlos vivir en sus comunidades y cuidarlos".
Al describir la estrategia del gobierno para hacer frente a la pandemia,
el Ministerio de Salud ha tomado una serie de medidas principales:
pruebas masivas y generalizadas, colocación en confinamiento solitario y
tratamiento inmediato de casos, vigilancia activa de sospechosos. El
gobierno también ha decidido apostar por la formación de la población en
buenas prácticas de higiene (limpieza del cuerpo y del medio ambiente,
distancia, etc.) y en la distribución de dispositivos médicos
(mascarillas, guantes, desinfectantes).
"Visto el aumento diario de contagios, el primer ministro ha impuesto
como obligatorio el uso de mascarillas faciales para todos", explican a
Fides los frailes capuchinos de Camerún. "Para quienes no cumplan con la
directiva, las multas son altas”: 6,000 francos cameruneses (diez
euros) para quienes no la usan y 2,000 francos (tres euros) para quienes
la tienen, pero no la usan. Sabiendo cuánto es difícil comprar
mascarillas, cuya demanda se ha disparado en los últimos días, y que
muchos no tienen los recursos económicos para comprarlas debido a las
dificultades financieras en las que se encuentran, hemos decidido
producir algunas localmente".
Los frailes han pedido a algunos sastres que los tejieran. “El ‘capital’
inicial – observan -, nos la proporcionó el Centro Misionero de los
Frailes Capuchinos de Milán, que recaudó fondos a través de sus
benefactores. El Centro nos ha sido de gran ayuda debido a los tiempos
difíciles que estamos viviendo entre la epidemia de Covid-19 y la guerra
civil que continúa en las provincias de habla inglesa (que ha causado
la muerte a más de tres mil personas y obligado a 30 mil a marcharse de
sus casas)”.
Las primeras máscaras se realizaron en los últimos días y la
distribución comenzó de inmediato. Los primeros beneficiarios han sido
las personas desplazadas alojadas en las comunidades de los frailes
capuchinos.
"Distribuimos las mascarillas en Shisong, Mbuluf y
Mbohtong", dicen los frailes en un mensaje enviado a Fides. "Esperamos
que la epidemia pase rápidamente y que los cameruneses puedan reanudar
su vida normal sin el peligro de contagiarse. También esperamos que la
lucha entre los rebeldes de habla inglesa y los agentes de la ley de
Yaundé, que actualmente están suspendidos gracias a una tregua, no se
reanude".