Phnom Penh, CAMBOYA (Agencia Fides, 20/04/2020) - "Nuestro corazón está volcado y encomendado
a Nuestra Señora de la Sonrisa, en medio de los arrozales de Camboya,
mientras que todas las actividades se han detenido debido a la
propagación del coronavirus”, así lo declara a la Agencia Fides Mons.
Olivier Schmitthaeusler, vicario apostólico de Phnom Penh, explicando
cómo la Iglesia en Camboya está respondiendo a la emergencia.
Desde el 17 de marzo del 2020, el Ministerio de Salud ha prohibido las
reuniones y actividades religiosas y las escuelas han cerrado hasta
nuevo aviso.
“La Iglesia Católica en este contexto ha tratado de organizarse de
manera creativa y proactiva. Todas las reuniones en nuestras
comunidades: misas, oraciones comunes, reuniones, seminarios están
suspendidas y todas nuestras escuelas están cerradas, pero el Vicariato
Apostólico de Phnom Penh se ha activado de inmediato para tratar de
continuar el servicio pastoral", informa.
El obispo estableció un "grupo de trabajo Covid-19" especial el 19 de
marzo con representantes de los sectores pastorales y de las oficinas
diocesanas. "Desde el domingo 22 de marzo, comenzamos a celebrar una
misa y un rosario 'en vivo' diariamente en las redes sociales de
Facebook y Youtube. Nuestro servicio de comunicaciones sociales
católicas está disponible las 24 horas del día para permitir que todos
permanezcan en comunión, ya que la Eucaristía puede reunir físicamente
solo 3 o 4 fieles", comenta.
Además, continúa el Vicario: “he pedido a cada sacerdote que se
establezca en una comunidad del Vicariato para celebrar en estos
lugares, sin la presencia de fieles evidentemente, pero esta presencia
es preciosa y es una señal de cercanía concreta a los más humildes en
las aldeas". El mismo obispo no reside en el episcopado, sino que se ha
mudado temporalmente a la parroquia de Nuestra Señora de la Sonrisa, a
90 kilómetros de Phnom Penh: "Allí fui sacerdote durante 10 años, es la
comunidad camboyana más grande en el Vicariato, así como la mayoría de
los programas de educación y desarrollo. Desde allí celebré el Triduo
Pascual, transmitido con los pocos medios disponibles en medio de los
arrozales, pero retransmitido desde Phnom Penh de manera profesional por
nuestro servicio de comunicación".
Mientras tanto, agrega el Vicario, "nuestras escuelas católicas han
organizado cursos de e-learning y siguen a nuestros estudiantes desde la
escuela primaria hasta la secundaria. El Instituto Saint Paul ha
comenzado un programa completo de educación a distancia para nuestros
estudiantes. Se ha establecido la formación online para maestros de
jardín de infancia".
El sector de la caridad es muy activo: "Nuestra Alianza para la Caridad y
el Desarrollo, que reúne a ONG católicas, congregaciones religiosas que
trabajan en diferentes áreas de la sociedad, oficinas y organismos
comprometidos en particular en los campos de la salud, la educación y el
servicio social católico están trabajando activamente y se están
preparando para el post-covid 19. Estamos distribuyendo alimentos,
desinfectantes y mascarillas para los más pobres. La emergencia Covid-19
dejará repercusiones duraderas en los más vulnerables: perdida de
trabajo, alza de las deudas, actividades económicas cerradas: a través
de nuestros servicios sociales y nuestras ONG, podremos ayudar a nuestro
prójimo, en nombre de Jesucristo resucitado".
El Obispo ha dirigido un pensamiento especial a "70 catecúmenos que
deberían haber recibido el sacramento del bautismo en la noche de
Pascua. Para que se mantengan firmes en la fe en este tiempo de prueba.
Esperamos que, si Dios quiere, el domingo de Pentecostés, 31 de mayo de
2020, podamos reunirlos y bautizarlos en la alegría del Espíritu Santo".