Sokodé, TOGO (Agencia Fides, 28/04/2020) - “También estamos confinados, no hay misas
dominicales ni entre semana. Así que no se realiza la colecta el
domingo. Hacíamos dos: una para la misión y otra para la iglesia.
Durante dos meses no hemos tenido ninguna entrada y debemos seguir
viviendo además de mantener los costes fijos", escribe el padre Silvano
Galli, sacerdote de la Sociedad para las Misiones Africanas (SMA), a la
Agencia Fides.
“Aquí en Sokodé todos estamos bajo control desde que la epidemia se
extendió desde un Centro Rasta en el pueblo de Kuvon, en las afueras de
la ciudad. El Centro, equipado con una serie de casas para recibir
visitantes - según la información recopilada -, sería un lugar de
iniciación para un gran fetiche kabi originario de Sundina. Es conocido
en todas partes, incluso en el extranjero, y es administrado por un
Kotokoli, gran maestro del fetiche, Naba Lamoussa Bassirou, quien define
su estructura como un centro de espiritualidad”. Recientemente hubo una
reunión con personas que vinieron incluso desde los Estados Unidos y
Canadá, continúa el misionero. “sacrificaron varias víctimas y luego
realizaron un gran banquete. Lamentablemente, los extranjeros tenían el
virus y fueron transferidos a Lomé. Se realizó el test a unos 180
participantes del banquete que dieron negativo".
El padre Galli dice que Naba Lamoussa, ha declarado que, aparte de los
casos reconocidos, de los cuales solo uno es togolés, toda la comunidad
ha sido sometida a controles y ha dado negativo, pero que todos se han
puesto en cuarentena y cuentan con un equipo médico para ver cuándo
podrá suspenderse la cuarentena. El 'Gran maestro del fetiche' en su
declaración ha expresado su esperanza de que 'con la gracia de Dios, que
todos imploramos, el coronavirus pasará rápidamente como un mal viento
con cero muertes en Sokodé para que todos puedan reanudar sus
actividades en la tranquilidad'. Además de las medidas preventivas
nacionales en Sokodè, hay un toque de queda nocturno de 20 a 6 de la
mañana. “El tema del confinamiento es más complicado - explica el p.
Silvano -. Como subsidio, el gobierno prometió una ayuda mensual de
12500 francos (€ 20) a las mujeres y 10500 a los hombres durante los
próximos tres meses. Para recibir la contribución, se debe
presentar la tarjeta electoral. Algunos han dicho que si están
confinados, quizás no morirán de coronavirus pero sí de inanición”.
El misionero concluye diciendo que “la gente aquí vive de su trabajo. Si
no va al campo, si no va al mercado, no puede vivir. Pero aquí todos
están acostumbrados a luchar y a convivir con la muerte, y a sonreír
incluso en las situaciones más trágicas.