Peshawar, PAKISTÁN (Agencia Fides, 20/01/201) – Un grupo de militantes talibanes irrumpieron
esta mañana en la Universidad Bacha Khan, en Charsadda, una ciudad en el
norte de Pakistán, que está ubicada entre Islamabad y Peshawar, matando
indiscriminadamente a estudiantes y profesores, en las aulas y en la
residencia. Después de la intervención de la policía, la cifra
provisional de víctimas es de 30 muertos, entre ellos cuatro terroristas
y más de 60 heridos. El ataque, reivindicado por el grupo
Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP), los llamados “talibanes paquistaníes”,
se produce un año después del atentado contra la escuela militar de
diciembre de 2014 en el que murieron más de 150 personas en Peshawar, la
mayoría niños. El TTP ha advertido de que realizarán más atentaados
contra universidades, colegios y escuelas, sobre todo pertenecientes al
Ejército.
Samule Pervaiz Asghar, archidiácono de la Iglesia Anglicana en Peshawar,
declara a la Agencia Fides: “El terrorismo es un flagelo en Pakistán y
en todo el mundo. Estamos conmocionados y sin palabras. Condenamos esta
violencia sin sentido. Como cristianos somos un pueblo que buscan
construir la paz y la armonía en la sociedad. Estamos convencidos de que
en Pakistán esta es nuestra misión. También utilizamos el arma de la
oración: oramos por los terroristas, que Dios ilumine sus mentes, para
que abandonen la violencia contra los inocentes”.
“Es un acontecimiento trágico, especialmente por la elección de este
tipo de objetivo, demasiado fácil, con poca seguridad, como lo son las
escuelas y universidades y no las bases militares”, añade a la Agencia
Fides Ghulam Dastagir, periodista e intelectual de Peshawar, miembro de
la Ong “Human Rights Commission of Pakistan”. También es significativa
la elección: “Se pretende golpear simbólicamente una institución
educativa: los talibanes en la región en el pasado ya han destruido más
de 400 escuelas. Ahora buscan visibilidad”, explica.
Según Dastagir, “es un asunto interno de Pakistán y no está vinculado al
Estado Islámico (IS): el TTP no ha reivindicado una ideología o
estrategia común con el IS, aunque es concebible que puedan hacerlo en
el futuro”. Para combatir el terrorismo, concluye, “necesitamos una
estrategia por parte del Estado que sea integral y eficaz. La sociedad
civil, iglesias, instituciones religiosas pueden proporcionar apoyo con
marchas pacíficas, vigilias de oración, con una obra de sensibilización
cultural. Pero la responsabilidad de dar una respuesta concreta recae en
el gobierno”.