CIUDAD DEL VATICANO, 16 de enero de 2015
(VIS).- El Papa FRANCISCO comenzó ayer con una visita a una residencia de
ancianos en la periferia de Roma sus ''viernes de la misericordia'', la
iniciativa que había anunciado al inicio del Jubileo explicando que un
viernes al mes habría cumplido una obra de misericordia.
El Santo Padre,
a quien acompañaba el Arzobispo Rino Fisichella, encargado de la
organización del Jubileo de la Misericordia, llegó poco después de las
16 a la Casa de Reposo Bruno Buozzi que acoge a 33 ancianos y habló con
cada uno de ellos. Los huéspedes estaban tan alegres como sorprendidos
porque la visita no había sido anunciada.
Antes
de regresar al Vaticano el Papa estuvo en la Casa Iris donde viven seis
enfermos en estado vegetativo, un centro que no está organizado como un
hospital sino como un hogar donde los pacientes pueden ser asistidos
por sus familiares.
''En
particular -dice una nota de la Oficina de Prensa de la Santa Sede- el
Papa FRANCISCO ha querido evidenciar contra la ''cultura del descarte'',
la gran importancia y preciosidad de las personas ancianas, de los
abuelos, y por otra el valor y la dignidad de la vida humana en todas
las situaciones''.