“Sois parte de la Iglesia de Dios – ha subrayado el Cardenal -. El Santo Padre a través de mi presencia, ha querido hacerse cercano a este vicariato. Por lo tanto, aunque se encuentren en un territorio que geográficamente pueda parecer remoto, no por eso dejan de estar en el corazón de la Iglesia”. Por eso ha exhortado a intensificar los esfuerzos para volver a lanzar la pastoral familiar , “exhortando a los jóvenes a una vida cristiana coherente con los principios del Evangelio, formándolos para que creen auténticas familias cristianas”, y para permitir a los catequistas y a los laicos, la posibilidad de “adquirir una sólida formación cristiana, consolidar su propia fe y afrontar, a través del diálogo, el proselitismo de las sectas”.
En el vicariato apostólico, que se encuentra en la Amazonía colombiana, el Prefecto del Dicasterio Misionero se ha reunido con los catequistas de las comunidades indígenas, sobre todo de Murui y Quichua, ha visitado una comunidad indígena, y ha podido dialogar con las autoridades civiles y militares, además de con los representantes de la realidad eclesial. En la homilía, el Cardenal ha recordado que “el estado jurídico de un vicariato es un paso intermedio antes de convertirse en diócesis. Es algo así como el caso de un joven que está creciendo, pero que aún no es auto-suficiente y, por eso, necesita ayuda en su maduración antes de tener su propia casa”.
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El texto completo de la homilía del Cardenal: -> http://www.fides.org/es/