CIUDAD DEL VATICANO, 27 de mayo de 2016 (VIS).- “La Iglesia entera está llamada a recorrer con Jesús los caminos del
mundo para encontrar a la humanidad de hoy que necesita -como escribía
Don Orione- el pan del cuerpo y el bálsamo divino de la fe”, ha dicho el
Papa FRANCISCO recibiendo esta mañana a los participantes en el XIV Capítulo
general de la Pequeña Obra de la Divina Providencia (San Luigi Orione),
bajo el lema “Siervos de Cristo y de los pobres” y durante el cual se ha
elegido al nuevo Superior General, padre Tarcisio Vieira.
Para encarnar en la historia de hoy las palabras de Don Orione es
necesario aunar ambas dimensiones de la vida personal y apostólica
porque los orionistas han sido llamados y consagrados por Dios “para
permanecer con Jesús y servirlo en los pobres y excluidos de la
sociedad... vigilando siempre para que la fe no se transforme en
ideología, la caridad no se reduzca a filantropía y la Iglesia no acabe
siendo una Ngo. Ser siervos de Cristo califica todo lo que sois y lo que
hacéis, garantiza vuestra eficacia apostólica, hace fecundo vuestro
servicio”, añadió el Pontífice, subrayando que su fundador les pedía que
buscasen y medicasen las llagas del pueblo, curasen sus enfermedades y
salieran a su encuentro en lo moral y lo material para que de esa forma
su acción fuera no solamente eficaz sino también profundamente cristiana
y salvadora.
“Os exhorto a seguir estas indicaciones que son muy verdaderas
-agregó- Así, imitaréis no solo a Jesús, buen Samaritano, sino que
ofreceréis a la gente la alegría de encontrarle y la salvación que lleva
a todos. En efecto, quienes se dejan salvar por Él son liberados del
pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con
Jesucristo siempre nace y renace la alegría. El anuncio del Evangelio,
sobre todo en nuestros días, requiere tanto amor al Señor, unido a una
decisión especial. He sabido que cuando vuestro fundador estaba todavía
vivo en algunos sitios os llamaban 'los curas que corren' porque os
veían siempre en movimiento, en medio de la gente. Como don Orione
también yo os llamo a que no os encerréis en vuestros ambientes, sino a
salir. Hacen mucha falta sacerdotes y religiosos que no se queden
solamente en las instituciones de caridad -que también son necesarias-
sino que sepan ir más allá de sus fronteras para llevar a todos los
ambientes, incluso a los más alejados la caridad de Cristo”.
“Vuestro servicio a la Iglesia será más eficaz cuanto más os
esforcéis en cuidar vuestra adhesión personal a Cristo y vuestra
formación espiritual. Dando testimonio de la belleza de la consagración y
de la vida buena de los religiosos, 'siervos de Cristo y de los
pobres', seréis un ejemplo para los jóvenes. La vida genera vida, el
religioso santo y contento suscita nuevas vocaciones”, finalizó el Santo
Padre tras confiar la congregación a la protección maternal de la
Virgen María que los orionistas veneran como “Madre de la Divina
Providencia”.