CIUDAD DEL VATICANO, 30 de mayo de 2016 (VIS).- El Papa FRANCISCO se encontró ayer por la tarde en el Aula Nueva del Sínodo a
los participantes en el congreso mundial “Entre la universidad y la
escuela, un muro o un puente”, (Roma, 27-29 de mayo 2016) organizado
-junto con la Universidad Lumsa - por la fundación de derecho pontificio
“Scholas Occurrentes”, que promueve la integración social de los
jóvenes y la cultura del encuentro para la paz, sirviéndose también de
una plataforma tecnológica y editorial. Antes, en una sala adyacente
había conversado durante más de una hora con doce de los más importantes
“youtubers” de todo el mundo respondiendo a preguntas que iban desde
que sintió al saber que había sido nombrado Papa hasta los diversos
tipos de lenguaje en la comunicación. Durante el encuentro con Scholas
Occurrentes se presentaron, en cambio, una serie de iniciativas, entre
las cuales el lanzamiento de una campaña contra el acoso con la etiqueta
#todossomosunicos y la próxima publicación de un libro titulado en
italiano “Chiedete” (Preguntad) en que el Papa responde a las preguntas
enviadas por los jóvenes de todo el mundo, sin exclusión de temas, a
través de una plataforma digital.
El Santo Padre manifestó su agrado por el clima de comunicación que
se había creado ayer tarde. “Ese clima de encuentro -dijo- ese clima de
puente, que nos une y que es un desafío para este mundo que corre
siempre el riesgo de atomizarse. Y de separarse y, cuando los pueblos se
separan, las familias se separan, los amigos se separan, solamente en
la separación se puede sembrar enemistad o incluso odio. En cambio,
cuando se juntan se da la amistad social, la amistad fraternal y se da
una cultura del encuentro que nos defiende de cualquier tipo de cultura
de descarte”.
Entre las preguntas, estuvo la de si había pensado alguna vez en
dejar de ser Papa a causa de la excesiva responsabilidad. “No se me
ocurrió dejar de serlo por la responsabilidad -contestó - y les hago una
confidencia: ni se me había ocurrido que me iban a elegir a mí. Fue una
sorpresa para mí. Pero, desde ese momento, Dios me dio una paz que dura
hasta el día de hoy. Y eso me mantiene. Esa es la gracia que recibí. Por
otro lado, por naturaleza soy inconsciente, así que sigo adelante”.
Otra cuestión fue la de cómo se podía construir un mundo mejor. “Creo
que se puede resumir en ...que cada persona sea reconocida en su
identidad, pero la identidad no se da si no hay pertenencia -explicó-
Procurar dar pertenencia, y uno de ustedes me preguntaba: si un chico,
una chica no tiene pertenencia ¿cómo puedo ayudarla? Por lo menos
ofrecerle pertenencia virtual, pero que se sienta... y ahí va a tener
identidad. Pero una persona sin identidad no tiene futuro. Entonces
urge, es urgente ofrecer pertenencias de cualquier tipo, pero que se
sientan pertenecientes a un grupo, a una familia, a una organización, a
algo, y eso le va a dar identidad. Identidad, pertenencia”.
El Papa subrayó la importancia del lenguaje de los gestos. “Animarnos
a tener lenguaje de los gestos. A veces nos gusta hablar y hablar. A
veces el lenguaje de los gestos es distinto. Sólo hablar no basta.
Podemos caer en el “jarabe de pico” y ese no funciona. Lenguaje de los
gestos, que a veces es una palmada, una sonrisa.... Una sonrisa que da
esperanza, mirar a los ojos, gestos de aprobación o de paciencia, de
tolerancia, gestos”.
“Dejar las agresiones ... el bulismo es una agresión que esconde una
profunda crueldad y el mundo es cruel -dijo respondiendo a una cuestión
sobre el acoso- Y las guerras son un monumento de crueldad. Una monja de
un país africano que tiene guerras intestinas me mandó fotografías, las
tengo acá. Y ¿a donde llega la crueldad de la guerra? Un niño
degollado, un niño. Entonces, podemos entender el bulling. Si esto se
da, ¿cómo no se va a dar el bulling? Es la misma crueldad contra un niño
y un niño que se lo hace a otro, si vos sembrás crueldad.... O sea,
para construir un mundo nuevo, un mundo mejor hay que desterrar todo
tipo de crueldad. Y la guerra es una crueldad. Pero este tipo de guerra
más crueldad todavía porque se ensaña con un inocente”.
FRANCISCO no dejó de hacer hincapié en la importancia del diálogo,
“del escuchar al otro, la capacidad de escuchar, no discutir enseguida,
preguntar, y eso es el diálogo, y el diálogo es un puente. El diálogo es
un puente. No tenerle miedo al diálogo.... Se trata de juntamente ir
poniendo las propuestas para avanzar juntos. En el diálogo todos ganan,
nadie pierde. En la discusión hay uno que gana y otro que pierde o
pierden los dos. El diálogo es mansedumbre, es capacidad de escucha, es
ponerse en el lugar del otro, es tender puentes. Y dentro del diálogo si
yo opino distinto no discutir, sino a lo más persuadir con
mansedumbre.... Y el orgullo, la soberbia, desterrarlos, porque el
orgullo y la soberbia terminan mal siempre. El orgulloso termina mal. O
sea, yo te contestaría esa pregunta: ¿Cómo construir un mundo mejor? Por
ese camino. Nuestro mundo necesita de bajar el nivel de agresión.
Necesita de ternura. Necesita de mansedumbre, necesita de escuchar,
necesita de caminar juntos. Si no, esto y esto se está dando hoy, porque
faltan todas esas actitudes que yo dije”.
El encuentro acabó con el agradecimiento del Pontífice por la
colaboración, el trabajo y la paciencia de todos. “Pensamos en todos los
chicos del mundo con sus diversas culturas, idiomas, razas, religiones
-concluyó- Y nos dirigimos a Dios pidiendo con el texto de bendición más
antiguo que es válido y es usado por las tres religiones monoteístas:
«El Señor los bendiga y los proteja, haga brillar su rostro sobre
ustedes y les muestre su gracia, les descubra su rostro y les conceda la
paz. Amen».