Abuja, NIGERIA (Agencia Fides, 30/05/2016) - En el norte de Nigeria, entre 2006 y 2014, unos
11.500 cristianos fueron asesinados, otros 1,3 millones se vieron
obligados a desplazarse y 13.000 iglesias fueron destruidas o
abandonadas. Así lo afirma Su Exc. Mons. Joseph Bagobiri, Obispo de
Kafanchan, en su informe titulado “El impacto de la violencia
persistente contra la Iglesia en el norte de Nigeria”, ilustrado en una
conferencia en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
Las comunidades más afectadas por la violencia de la secta islamista
Boko Haram son las de los estados del norte de Adamawa, Borno, Kano y
Yobe. Las comunidades cristianas obligadas a huir se han re-ubicado en
los estados con mayoría cristiana del llamado "cinturón medio" (Middle
Belt): Plateau, Nassarawa, Benue, Taraba y la parte sur de Kaduna.
Pero en los últimos meses, estas áreas se han visto afectadas por la
violencia de los pastores Fulani. “La comunidad
cristiana en los estados de mayoría cristiana del Middle Belt son las
más afectadas por los ataques y las invasiones de los pastores Fulani
musulmanes. Se trata de una flagrante invasión extranjera de las tierras
ancestrales de los cristianos y de otras comunidades minoritarias” ha
afirmado Mons. Bagobiri en su informe recibido en la Agencia Fides. “En
esas zonas, los pastores Fulani aterrorizan sin cesar a las comunidades,
borrando algunas de ellas del mapa, y en lugares como Agatu en el
Estado de Benue y Gwantu y Manchok y en el de Kaduna, estos ataques han
adquirido un carácter de genocidio, con 150-300 personas asesinadas en
una noche” ha subrayado.
Mons. Bagobiri ha lanzado un llamamiento a la comunidad internacional
para que presione a las autoridades de Nigeria para que garanticen la
libertad de culto a los cristianos y otras minorías en el norte de
Nigeria, y hagan frente a la emergencia humanitaria de la población
desplazada.