Baghdad, IRAQ (Agencia Fides, 09/07/2016) – La intervención militar liderada por Occidente
contra Saddam Hiussein en 2003 “ha provocado el círculo vicioso en el
que estamos hoy”. Por ello el 'Informe Chilcot', publicado en los
últimos días, orientado a reconstruir los escenarios y el origen de la
participación del ejército de Londres en esa guerra “es un paso
positivo, ya que es importante reconocer los errores del pasado, para no
cometerlos de nuevo”. Así lo declara a la Agencia Fides el Patriarca
Caldeo Louis Raphael I con respecto al documento elaborado por la
Comisión de Investigación presidida por Sir John Chilcot, que en los
últimos días ha documentado que la acción militar contra el régimen
iraquí decidida en esa ocasión por el gobierno británico liderado por
Tony Blair era inoportuna e ilegitima.
El ex primer ministro británico, ante los resultados de la investigación
llevada a cabo por la institución, después de un trabajo de casi siete
años, se ha defendido afirmando que ahora “estaríamos en una situación
peor si no hubiéramos intervenido”. Pero según el primado de la Iglesia
caldea, basta con mirar la realidad sin necesidad de gafas ideológicas
para medir la falta de fiabilidad total de esta declaración: “Tenemos un
país destruido, cuatro millones de refugiados solo de Iraq, conflictos
que perturban Siria y Yemen. Los cristianos en Iraq antes de la guerra
eran un millón y medio, ahora son menos de medio millón, y muchos de
ellos viven como refugiados lejos de sus hogares. No hay trabajo, las
economías de países enteros se caen a pedazos, las instituciones están
paralizadas, el patrimonio cultural milenario ha sido destruido. Me
pregunto con qué cara se puede decir que la guerra ha sido buena para
Oriente Medio”.
Según el patriarca caldeo, la problemática yihadista que está
perjudicando a pueblos enteros también es de alguna manera un efecto
colateral de la invasión militar de Iraq del 2003: “En el vacío que se
ha creado” observa el primado de la Iglesia caldea “los yihadistas han
encontrado espacio para arraigar su propuesta ideológica aún más
aberrante, la del estado islámico. Se trata de una deriva sectaria que
también envenena toda la convivencia. Basta pensar que ahora, las
supuestas 'soluciones' a los conflictos en curso puntan a cantonizar
Iraq y otras zonas del Oriente Medio sobre una base sectaria”.
Según el Patriarca Louis Raphael, uno de los factores que alimentaron el
conflicto de 2003 y la gestión imprudente de la posguerra fue la
abstracción ideológica con la que se hacia propaganda a la guerra como
matrona de la democracia. “El camino hacia la democracia, los derechos y
las libertades es largo y cansado, como se muestra con precisión en la
historia de Europa y Occidente. La pretensión de imponer estos valores
de una manera mecánica, sin respetar los tiempos y las características
culturales de nuestros pueblos, ha ayudado a alimentar el desastre en el
que nos encontramos”.
En 2003 Papa Juan Pablo II y la Santa Sede expresaron con fuerza su
oposición a la intervención militar, considerándolo como una decisión
equivocada y cargada de consecuencias devastadoras. “Los círculos
occidentales”, recuerda hoy el Patriarca Louis Raphael “habían elogiado
al Papa como su 'aliado' contra el comunismo, pero cuando dijo que la
Guerra del Golfo sólo traería desgracias no le escucharon. Es el destino
de las voces proféticas, que el poder busca suprimir, cuando no las
puede utilizar. Y de alguna manera es lo mismo que sucedió a Jesús. Y,
sin embargo escuchando esas voces, también podemos encontrar hoy el
camino perdido de la coexistencia pacífica, lo que ayuda a preservar el
bien de todos”.