Modesto, ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA (Agencia Fides, 19/02/2017) – “Si se quiere entender el impacto de las
incursiones que están realizando los guardias fronterizos de los Estados
Unidos en más de 60 comunidades en todo el país sólo en este mes de
febrero, se puede escuchar a los niños: No quieren ir a la escuela,
piensan que se van a llevar a sus padres mientras ellos no están”, lo
afirma el Arzobispo José Gómez de la archidiócesis de los Ángeles,
vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos al U.S.
Regional World Meeting of Popular Movements en el Central Catholic High
School de Modesto Nord California.
“Tenemos niños en la Misión Dolores”, explica Ellie Hidalgo, responsable
de la pastoral social de la parroquia, “que si sus padres llegan a casa
tarde del trabajo se ponen ansiosos de inmediato. La situación se está
volviendo muy tensa y confusa, según explica Hidalgo en la nota recibida
por la Agencia Fides: “Y si los padres no vuelven a casa, ¿donde van a
terminar esos niños?.
En las parroquias y clínicas asociadas en todo el
país en este momento, estamos ofreciendo reuniones de información para
ayudar a las personas sin papeles, para que puedan conocer sus derechos,
y la forma de proceder en el caso de que los oficiales de Estados
Unidos del Immigration and Customs se presentan ante ellos. ¿Qué hacer?
Por ejemplo, los agentes no pueden entrar si no se abre la puerta, y
también hay que pensar en el programa que se tiene para los propio
hijos, ¿quién va a cuidar de ellos si pasa algo?”, explica la Sra
Hidalgo, “hay que señalar incluso sus alergias
,
números de teléfono del médico, número del seguro sanitario”.
“Además, se necesita un documento firmado, para la concesión de tutela a
alguien, y sería apropiado tenerla a mano”, dice la Sra Hidalgo. “Puede
que no sea necesario, pero en la situación actual es mejor prevenir.
Uno de nuestros más grandes temores, explica, es que si no se hace la
cesión de tutela, el niño puede terminar en el sistema de hijos
adoptivos. Esta es una posibilidad real”.
El encuentro de los Movimientos Populares promovido por el Vaticano fue
programado antes de la victoria Trump y tenía como principal
preocupación la situación de muchos inmigrantes sin papeles.