Roma, ITALIA (Agencia Fides, 21/02/2017) - “La migración es un fenómeno que forma parte de
la historia humana. Las estimaciones de las Naciones Unidas indican 244
millones de migrantes internacionales, y 65,3 millones de personas en
situación de migración forzada. Más allá de los números, de lo que
estamos hablando es de vidas, proyectos y sueños de personas que a
menudo encuentran en la migración la única alternativa para la
supervivencia o para la búsqueda de una esperanza para el futuro”. Lo ha
declarado la hermana Neusa de Fátima Mariano, superiora general de las
Misioneras de San Carlos Borromeo/Scalabrinas, en su discurso ante la
Cámara de Diputados, en Roma, como parte del workshop que ha precedido
al Foro Internacional sobre Migración y Paz, que se celebra hoy y
mañana, organizado por el Departamento de Desarrollo humano Integral de
la Santa Sede, junto con el Scalabrini International Migration Network
(SIMN) y la Fundación Konrad Adenauer.
“La participación de los niños en los flujos de migración, según ACNUR,
se ha incrementado en los últimos años a un ritmo acelerado y representa
más de la mitad de los refugiados del mundo – recuerda la religiosa en
el texto enviado a la Agencia Fides -. En línea con el mensaje del Papa
Francisco para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2017,
recordamos que los niños y adolescentes en movimiento, en los flujos de
población, son los primeros en sufrir, con situaciones degradantes como
la trata de seres humanos, la explotación, el abuso y la privación de
derechos, tales como tener un medio ambiente saludable y seguro en
familia, el de la educación adecuada, del de poder jugar, vivir y crecer
en un contexto de paz. Las mujeres migrantes también necesitan nuestra
atención, porque a menudo se vuelven más vulnerables en los flujos de
migración y de refugio. Muchas veces se encuentran en riesgo de sufrir
explotación sexual o en el trabajo”.
La hermana Neusa ha subrayado que “hay que superar la idea de que la
migración es un problema que hay que resolver o una contingencia que hay
que controlar. La migración en sí misma es un fenómeno histórico y
social que se produce de una manera positiva cuando es voluntaria. En
otras palabras, tenemos que llamar la atención sobre la importancia que
tienen las personas, junto con el derecho a emigrar también el derecho a
no emigrar. Es decir, cada país debe garantizar a sus ciudadanos unas
condiciones de vida de tal modo que no tengan que viajar, si no lo
desean. En este contexto, el derecho a emigrar sería correlativo al
derecho a permanecer”.
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