“Desgraciadamente siguen llegando
noticias de enfrentamientos violentos y brutales en la región del Kasai
central de la República Democrática del Congo. Siento un gran dolor por
las víctimas, especialmente por tantos niños arrebatados a las familias y
a la escuela para ser usados como soldados –dijo el Papa FRANCISCO después de
rezar el Ángelus– Es una tragedia la de los niños soldados. Aseguro mi
cercanía y mi oración también al personal religioso y humanitario que
trabaja en aquella región tan difícil y renuevo un llamamiento de todo
corazón a la conciencia y a la responsabilidad de las Autoridades
nacionales y de la Comunidad Internacional para que se tomen decisiones
adecuadas y prontas para socorrer a estos hermanos y hermanas nuestros.
Rezamos por ellos y por todas las poblaciones que también en otros
lugares del continente africano y del mundo sufren a causa de la
violencia y de la guerra”.
El Papa citó en particular “a las queridas poblaciones de Pakistán y de Irak, golpeadas por crueles atentados terroristas en los días pasados. Recemos por las víctimas, por los heridos y los familiares. Recemos ardientemente para que todo corazón endurecido por el odio se convierta a la paz según la voluntad de Dios. Recemos un momento en silencio”.
Después, FRANCISCO saludó a las familias, asociaciones, grupos y personas llegados de todo el mundo, en particular a los estudiantes de Armagh (Irlanda), a los fieles de las diócesis de Asidonia-Jerez, Cádiz y Ceuta y Madrid (España) al movimiento juvenil Guanelliano, a los fieles de Catenuovo, Prato, Módena y Viterbo (Italia). Al final, pidió a todos que rezasen por él y les deseó un buen domingo y un buen almuerzo.
El Papa citó en particular “a las queridas poblaciones de Pakistán y de Irak, golpeadas por crueles atentados terroristas en los días pasados. Recemos por las víctimas, por los heridos y los familiares. Recemos ardientemente para que todo corazón endurecido por el odio se convierta a la paz según la voluntad de Dios. Recemos un momento en silencio”.
Después, FRANCISCO saludó a las familias, asociaciones, grupos y personas llegados de todo el mundo, en particular a los estudiantes de Armagh (Irlanda), a los fieles de las diócesis de Asidonia-Jerez, Cádiz y Ceuta y Madrid (España) al movimiento juvenil Guanelliano, a los fieles de Catenuovo, Prato, Módena y Viterbo (Italia). Al final, pidió a todos que rezasen por él y les deseó un buen domingo y un buen almuerzo.